■ Investigadores exhortarán al gobierno federal a que gestione el trámite ante la UNESCO
Proponen que las lenguas indígenas sean patrimonio de la humanidad
■ Matos Moctezuma realizó el planteamiento durante el Encuentro Internacional de Literatura en lenguajes autóctonos
■ León-Portilla sugiere que la convocatoria se haga en todos los países de América
Ampliar la imagen El arqueólogo Miguel León-Portilla y el historiador Eduardo Matos Moctezuma (al centro), entre otros escritores e investigadores, durante la conferencia magistral que ofrecieron en El Colegio Nacional Foto: Jesús Villaseca
El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, el historiador Miguel León-Portilla, así como decenas de escritores en lenguas indígenas, representados por el zapoteca Francisco de la Cruz, además de otros investigadores y promotores culturales, como Fernando Nava, director del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, propondrán al gobierno de México que gestione ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) la declaración de los idiomas originarios del país como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La idea, que durante varios años se había manejado de manera informal en diversos ámbitos artísticos y académicos, fue planteada ayer de modo explícito y público por Matos Moctezuma, quien participó en la inauguración del Encuentro Internacional de Literatura en Lenguas Indígenas, que este jueves y viernes se desarrolla en El Colegio Nacional, el cual por primera vez abre sus puertas a los escritores en lenguas originarias de América.
Matos Moctezuma dijo que esperaba que durante el encuentro los participantes pudieran acordar esa solicitud para que el gobierno federal gestione la UNESCO la declaración como patrimonio intangible mundial de las más de 60 lenguas indígenas de México.
Miguel León-Portilla se sumó a la propuesta y sugirió a los escritores indígenas de otros países presentes en el aula mayor de El Colegio Nacional que promovieran la misma solicitud ante sus respectivos gobiernos, para que éstos, a su vez, hicieran las mismas gestiones ante la UNESCO.
Nava señaló que aunque los “valores intrínsecos” de cada lengua serían suficientes para integrar el expediente que podría enviarse al organismo internacional, sería mejor acompañarlo con una muestra de su vitalidad y vigencia, reflejada en las obras de los escritores en idiomas originarios del país.
Francisco de la Cruz, presidente de Escritores en Lenguas Indígenas, dijo a La Jornada que esa asociación civil avalaba la propuesta porque una declaratoria de patrimonio de la humanidad fortalecería su demanda, planteada desde hace varios años, de generar una educación bilingüe e intercultural.
Ésta, agregó, ampliaría la estrategia educativa nacional con una política de apoyo a la diversidad lingüística y ayudaría a compartir la riqueza cultural del país con el resto de la sociedad no indígena.
Durante la inauguración del encuentro, en el que participan escritores de Chile, Venezuela, Ecuador, Panamá, Perú, Argentina y México, De la Cruz destacó:
“Los escritores en lenguas originarias de América nos pronunciamos por la defensa de la soberanía cultural y la aplicación de los derechos culturales y lingüísticos de nuestros países, como parte fundamental de los derechos humanos, en la perspectiva de las sociedades multiculturales del siglo XXI.”
Señaló que, “en apego al respeto a los derechos humanos, es indispensable la aplicación de los derechos culturales, en el contexto de la defensa de nuestro patrimonio tangible e intangible. Nuestras lenguas y culturas son parte fundamental de estos derechos y patrimonio. Además, considerando que existe un marco jurídico nacional e internacional que regula el establecimiento de los derechos indígenas, se requiere, ahora, de su cabal cumplimiento”.
Dioses y hombres que escriben
La conferencia magistral de la inauguración estuvo a cargo de Miguel León-Portilla, quien con su texto El destino de las literaturas en las lenguas originarias de América hizo un amplio recorrido por la antigüedad y la modernidad mesoamericana y andina.
Pese a los daños sociales y culturales iniciados con la conquista, dijo que la diversidad lingüística actual del continente aún representa una “sinfonía maravillosa”.
Las lenguas, agregó León-Portilla, son el “inventario de las culturas” y cada una de ellas son el “parto” de un pensamiento diferente, pues con su fonética, gramática y sintaxis particular dan cauce y orden a la visión del mundo.
“Hay una casi infinita manera de pensar, y aunque la globalización en general puede ser benéfica, la globalización cultural es muy dañina. Las lenguas y pueblos indígenas y sus culturas son un baluarte. Por eso, tras 500 años, hay que celebrar su perduración.”
Para su amplia exposición, el historiador y promotor cultural recurrió a textos de la antigüedad mesoamericana como el Popol Vuh y a figuras fundamentales como el rey-poeta Nezahualcóyotl, y recordó la idea de que los escritores albergaban en su interior a los dioses, que eran quienes en realidad escribían.
“El sabio es aquel que dialoga con su corazón, pero se trata de un corazón ya endiosado, con el que diviniza las cosas”, compartió León-Portilla.
En la tradición literaria en náhuatl, puso como ejemplo que los “bellos cantos” son un “don de los dioses”, pero los hombres deben cuidar de “no estropearlos” al traerlos a la vida real.
Al final, y ante la pregunta central de su exposición acerca del posible destino de las literaturas en lenguas indígenas de América, León-Portilla partió de un canto de Nezahualcóyotl y aseguró que “perdurarán para siempre y formarán parte de la literatura universal”.
Después de las mesas de trabajo del jueves, por la tarde se realizó un recital de poesía y canto en lenguas originarias de México, conducido por la poeta zapoteca Irma Pineda.
Y este viernes, después de las sesiones de intercambio y de una plenaria, habrá otro recital, a las 18 horas, pero ahora en lenguas originarias de América y conducido por el escritor Carlos Montemayor.