Usted está aquí: martes 26 de agosto de 2008 Capital Con arte renovado, el Atayde celebra 120 años de existencia

■ Pese a los años, la mística y la esencia del circo se conservan en esta carpa: Andrés

Con arte renovado, el Atayde celebra 120 años de existencia

■ Por vez primera en su historia incluye a maromeros indígenas del estado de Veracruz

Rocío González Alvarado

Ampliar la imagen Imagen de 1946, en lo que es ahora Eje Central y Doctor Río de la Loza, antes Niño Perdido y Cuauhtemozin Imagen de 1946, en lo que es ahora Eje Central y Doctor Río de la Loza, antes Niño Perdido y Cuauhtemozin Foto: Cortesía del Circo Atayde Hermanos

Ampliar la imagen de 1939, en Lima, Perú de 1939, en Lima, Perú Foto: Cortesía del Circo Atayde Hermanos

Con propuestas escénicas de nuevas generaciones y la incursión por primera vez de maromeros indígenas de Santa Teresa Xochiapan, del estado de Veracruz, que realizarán actos de alambre tenso y onda, que consisten en diversas acrobacias en las alturas, el Circo Atayde Hermanos celebrará el 120 aniversario de su fundación.

En entrevista para este diario, Andrés Atayde Guzmán, director general de la empresa, y nieto del fundador, dice que a pesar de los años, “la mística y la esencia de las artes circenses” se siguen conservando en esta carpa, que ha cruzado tres siglos entreteniendo a más de cinco generaciones de familias mexicanas.

“Simplemente esa ha sido la fórmula para lograr tantos años de existencia. Aún no me lo creo”, sostiene al recordar que fue un 26 de agosto de 1888 cuando este circo, considerado el más antiguo de México, dio su primera función en Mazatlán, Sinaloa, a cargo de su abuelo Aurelio Atayde Guízar.

El cariño hacia una empresa heredada de sus antepasados y el gusto por las artes circenses han sido los motores principales para mantenerse al frente de esta carpa, que no ha variado en la calidad de sus actos, asegura, al señalar que el circo como tal permanece, sólo ha cambiado lo que lo rodea.

Y explica: “hace 100 años se anunciaba con bombo y platillo que iba a ver luz eléctrica en la pista, porque entonces se alumbraba con mechones o velas. Esos han sido los cambios, los que van marcando el desarrollo de ciertas épocas, pero las acrobacias, los malabares, en sí, todos los números circenses siguen siendo los mismos. Quizá se dejan de hacer por algunas temporadas, pero regresan con nuevo vestuario y algunas adecuaciones”, apunta.

El circo clásico: doma de caballos y otros animales, la acrobacia área o de piso, los malabares, payasos, contorsiones y equilibrismo, ha sido el distintivo de esta carpa, bajo la cual en 1909, según sus registros históricos, se llevó a cabo un acto antirreleccionista encabezado por Francisco I. Madero.

En su pista circular han tenido cabida artistas mexicanos o extranjeros procedentes de países como Ucrania, Suecia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Hungría, Perú, Cuba, Canadá, China, Suiza, Bulgaria, Kenya, Argentina, entre otros, con quienes ha tenido múltiples reconocimientos a su trabajo, entre ellos la presea Pista de Oro, máximo galardón otorgado por el Festival Internacional de Circo de Montecarlo.

De hecho, don Andrés platica que no sólo la familia ha puesto en alto el nombre de México fuera del país. En 1946, los hermanos Aurelio, Patricia y Andrés Atayde Arteche lo hicieron con un acto acrobático de barras, que incluso está consignado en el Libro Guinness, pero desde tiempo atrás y en la actualidad muchos artistas mexicanos han brillado en el extranjero al lograr los primeros lugares en festivales internacionales.

“Lamentablemente, como no son las olimpiadas, ningún medio de comunicación lo registra y en México nadie se entera de estos logros”, dice al señalar que, afortunadamente, a pesar de las crisis económicas, la diversidad de actividades de entretenimiento, y de la mala fama que han generado algunos circos, el Atayde Hermanos está en una etapa de recuperación de la confianza del público.

De ahí que lejos de pensar en bajar la cortina del espectáculo, este jueves conmemora su 120 aniversario con la presentación del quinto Encuentro de Circo Joven, en su tradicional sede sobre la Calzada de Tlalpan, en la que se dará oportunidad a jóvenes que practican actos circenses contemporáneos, con una participación especial de maromeros indígenas procedentes de Veracruz.

 
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