■ Los galardonados llamaron a defender a la UNAM de los intereses económicos y políticos

Helio Flores y Emilio Ribes reciben doctorado honoris causa de la UV

■ Ambos, caricaturista y catedrático, han aportado al desarrollo humano desde diferentes áreas, afirmó durante su discurso el rector de la institución del estado, Raúl Arias Lovillo

Andrés Timoteo Morales (Corresponsal)

Jalapa, Ver., 23 de agosto. La Universidad Veracruzana (UV) otorgó el doctorado honoris causa al catedrático Emilio Ribes Iñesta y al caricaturista Helio Flores.

El primero es reconocido en el mundo por sus aportaciones a la investigación sobre la teoría del conductismo, además de ser fundador de las licenciaturas y posgrados de sicología en la UV y en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Flores ha sido defensor de la libertad de expresión, al combinar la excelencia artística con el compromiso social.

Ambos llamaron a defender la autonomía de la universidad pública, la cual, dijeron, es actualmente en México y el mundo punto de resistencia ante los poderes político y económico, los cuales pretenden quitarla de en medio porque estorba su proyecto de uniformar el pensamiento y someterlo a sus intereses mercantilistas.

La ceremonia protocolaria se realizó en el edificio de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Informática de la UV, y fue encabezada por el rector Raúl Arias Lovillo, quien destacó la labor de los galardonados y sus aportaciones al desarrollo humano en diferentes campos.

“Pertenecen a una estirpe de hombres indispensables para el progreso de la humanidad por su aportación la ciencia y al mundo”, señaló Arias Lovillo.

Originario de Jalapa, donde nació el 8 de octubre de 1938, Helio Flores Viveros acumuló ya casi medio siglo de trayectoria como caricaturista. Su carrera la inició en periódicos locales.

Es egresado de la Escuela de Artes Visuales de Nueva York y ha sido colaborador de diferentes periódicos nacionales y extranjeros, así como ganador de premios artísticos en Nicaragua, Cuba, Grecia y Turquía.

Destacada labor internacional

Por su lado, Ribes Iñesta nación en Barcelona el 24 de junio de 1944, y llegó a México en 1947, en el exilio originado por la Guerra Civil Española. Se graduó en sicología en la UNAM, donde también obtuvo un doctorado, y cursó la maestría en esa disciplina en la Universidad de Toronto.

Ribes ha impulsado la ciencia y la academia en este campo. El comportamiento social, el aprendizaje animal, el desarrollo sicológico, el lenguaje y la personalidad son tesis desarrolladas por él a lo largo de varias décadas de investigación y cátedra.

En 1964 fundó la carrera de sicología en la Universidad Veracruzana, y en la misma institución impulsó la creación de la maestría en Modificación de la Conducta. En la UNAM, donde también es catedrático, fundó las maestrías de Modificación de la Conducta y Metodología de la Teoría de la Investigación Conductual. También ha publicado más de 200 colaboraciones en revistas científicas.

Identificado internacionalmente como uno de los propulsores de la sicología experimental, Ribes, al lado de investigadores como Antonio Gago y Víctor Alcaraz, integró en Veracruz una agrupación de especialistas en siocología y conductismo que llegó a conocerse como el Grupo Jalapa.

En su momento, este grupo catapultó a México en el exterior como uno de los centros internacionales de la sicología moderna, al vincular la enseñanza con la investigación.

Resistencia ante la alienación

En su discurso, Ribes rememoró el momento histórico en México de los años 60 y 70, cuando los universitarios y las instituciones “fueron envilecidos ante la opinión pública; golpeados, masacrados por los cuerpos del orden establecido, y cuando fue posible, copados por el poder económico.

“Desde entonces –dijo–, como parte del proyecto hegemónico del capitalismo predador, la universidad pública se convirtió en objetivo estratégico (a eliminar) de los poderes económico y político.

“Ante un mundo que se privatiza en todas sus esferas, incluyendo la reconversión del estado en una entidad gerencial de los poderes fácticos, la universidad pública se yergue como obstáculo que hay que quitar.

“Aún así, la universidad pública constituye un punto de resistencia ante el intento para uniformar el pensamiento y la vida social”.

Ribes advirtió que el pretendido sometimiento tiene como objetivo “silenciar la inteligencia crítica de la sociedad y supeditarla a ser un instrumento más del mundo de privilegios para unos cuantos”.

Ambos galardonados afirmaron que el doctorado recibido de la Universidad Veracruzana es también un reconocimiento a trayectorias que únicamente fueron posibles por la existencia de la universidad pública

“Todos debemos comprometernos a defender este privilegio que tenemos, la universidad pública, y hacer que sea para todos, no sólo para unos cuantos”, concluyeron.