■ Débil, el programa de infraestructura ni siquiera mitiga los efectos de la recesión
La desaceleración, aún peor en el segundo semestre: analistas
■ Invex: “muy preocupante”, el dato sobre el ínfimo crecimiento del producto interno bruto
■ En el tercer trimestre del año será más notoria la baja económica, opina Grupo Ixe
Con el habitual rezago, las cifras de crecimiento en México muestran un freno muy relevante en la actividad económica en el primer semestre del año y en el segundo parece que será peor, alertaron analistas financieros, quienes destacaron que el programa de inversión en infraestructura, anunciado por el gobierno federal, no ha generado el impulso que necesita la demanda interna para mitigar los efectos de la desaceleración global.
Los expertos reconocieron que por el momento no es posible anticipar una recuperación para 2009. “Los riesgos vinculados con el desarrollo se han incrementado y es factible observar una etapa recesiva en nuestra economía”, advirtió el Grupo Financiero Invex.
En la semana, las autoridades financieras del país informaron que el producto interno bruto (PIB) creció a una tasa real de 2.8 por ciento en el segundo trimestre del año, contra el segundo trimestre de 2007. En promedio, en el primer semestre la economía se desarrolló a una tasa de 2.7 por ciento contra el mismo periodo del año pasado, muy por debajo de las predicciones hechas aún recientemente por las autoridades y por debajo también del crecimiento registrado el año anterior.
Al compararse con el año pasado, la baja del crecimiento no luce tan drástica. Sin embargo, si se observan los datos en una serie ajustada por estacionalidad y se consideran las circunstancias favorables que en términos estadísticos hubo en el segundo trimestre (por la diferente ubicación de la Semana Santa), las cifras son muy preocupantes, porque el desarrollo de la economía mexicana fue casi nulo, explicaron los especialistas de Invex.
Con cifras desestacionalizadas, el avance del segundo trimestre de 2008 respecto del previo fue de sólo 0.16 por ciento, lo cual “sugiere que la economía seguirá creciendo a ritmo lento”. El efecto Semana Santa, en esta ocasión, jugó en favor del crecimiento, porque descontándolo el desarrollo es de 2.1 por ciento. Los resultados confirman una inminente pero leve desaceleración, la cual será más notable en el tercer trimestre del año, afirmaron analistas del Grupo Financiero Ixe.
En su publicación Perspectiva Semanal, que empezará a circular entre sus inversionistas, Invex aseguró que el panorama parece empeorar.
Los pocos datos que conocemos para el mes de julio describen una intensificación a la baja. El promedio del crecimiento de las ventas reportado por la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales se volvió negativo el mes pasado; la tasa de desempleo abierto superó por vez primera 4 por ciento y alcanzó el nivel máximo en casi tres años; en la balanza comercial, el promedio móvil de crecimiento tanto de las exportaciones como de las importaciones de bienes de consumo registran sus niveles mínimos en más de año y medio.
La dinámica de desarrollo está resultando afectada por la desfavorable situación de la economía estadunidense y por la restricción financiera local; el crecimiento del crédito en casi todos sus rubros ha descendido.
Los especialistas manifestaron sus dudas sobre la posibilidad de que el plan de inversión en infraestructura sea un paliativo, debido al tamaño del freno y su escasa influencia hasta el momento.
Además, para el año próximo se plantea una situación menos holgada en las finanzas públicas, debido a que el monto de los ingresos por venta de petróleo tiende a disminuir, debido a la baja en la producción y la expectativa de un menor precio que en este año, en tanto que la expectativa de recaudación se vuelve pobre al registrarse un descenso en la actividad económica, como se ha observado hasta ahora.
En resumen, el riesgo de que México viva una etapa recesiva es muy grande.
En su publicación especializada Parabrisas, el grupo financiero Ixe pronostica un crecimiento para todo 2008 de 2.6 por ciento, mientras Invex lo ajustó a 2.4 por ciento como proporción del PIB.