■ Presenta con Gualberto Castro Suite española de Agustín Lara
Hacer música es colorear las emociones, dice José Luis Duval
Ampliar la imagen El álbum reúne la experiencia del tenor y del intérprete Gualberto Castro (izquierda) Foto: tomada del librillo del disco
El tenor José Luis Duval y el cantante Gualberto Castro unieron sus experiencias profesionales de más de 30 y 65 años, respectivamente, en el disco Suite española de Agustín Lara, obra que reúne las composiciones que el popular Flaco de Oro creó inspirado en algunos de los temas ligados al país ibérico, como Granada, Silverio, El organillero, Suerte loca, Madrid, Valencia y Españolerías.
En entrevista, Duval expresó sobre este trabajo: “nuestras voces embonaron muy bien. No es más de lo mismo, sino algo novedoso dentro de lo viejo, porque la suite se escribió hace más de medio siglo. Interpretar a Lara siempre es una responsabilidad, sobre todo Granada, que ha sido cantada por Plácido Domingo y Ramón Vargas.
“Dura 45 minutos, pero no es tanto la duración, sino que es un material realmente hermosísimo. A pesar de su trascendencia, no hay un festival dedicado a Lara. Algo quiso hacer Miguel Alemán cuando fue gobernador, pero no se institucionalizó. De lo último que se organizó destaca la develación de una estatua del músico-poeta en Los Ángeles, California, organizada por Alejandro Algara.
“Lara es antiguo y moderno. Decía Verdi: ‘hazte antiguo y serás actual, moderno’. La herencia de Lara es fundamental y no ha sido evaluado en su máximo nivel. Lamentablemente, hoy predomina la música cleenex, que es la que se usa tres meses y ¡vámonos!, para fuera. Ni para catálogo queda. Lara ha sobrevivido.”
En broma, dijo que en una etapa de su vida fue “líder sindical y cantaba ranchero; es decir, fui líder charro. Esto es, en la Asociación Nacional de Actores fui secretario del tesoro y luego general de la Federación Teatral. Canté en palenques e hice muchos discos de música ranchera. Conocí a Gualberto Castro hace 45 años; éramos vecinos en la calle Artículo 123. Fue jurado en el Festival de Valores Bacardí, de los cuales yo gané el primero.
“Vine a México a cantar Carmen con la compañía de ópera de Frank Saba, y me vio el dueño de la compañía, Marco Antonio Lugo, quien me dijo que quería hacer este proyecto. Yo admiraba mucho a Gualberto, desde que ganó el festival OTI Internacional en Puerto Rico, con La felicidad, de Felipe Gil.
“Esto surgió hace dos meses. Nos juntamos e hicimos la suite en seis horas. Corregía algunas líneas de las letras y él hacía segundas voces; yo, primeras. Es un disco muy bonito y sabroso. Dice una comadre: ‘yo no sé hacer tamales, pero sé cuando están bien hechos’. No sé si Gualberto sepa música, pero tiene un oído absoluto. Hay quien sabe música, pero es desafinada.
“Prefiero el oído absoluto a saber mucha música. Cuando estuvo con Los Hermanos Castro hacía terceras, quintas, novenas… o sea, hay gente que nace con ese don ¿Yo? Yo leo música, no de primera vista. Estudié con varios maestros, y sigo estudiando. Hacer música es colorear las emociones. Eso hace el artista, pero en México no hay respeto ni al pasado ni al artista. Aquí te levantas cada día para hacerte un nombre, porque la gente no tiene memoria.”
Se ubica políticamente a la izquierda, y afirma que la ópera retrata momentos de la historia. “Mientras sigamos viviendo del presupuesto gubernamental seguiremos viendo cinco o seis óperas al año y cada vez menos.”
Puede comunicarse con José Luis Duval al correo electrónico [email protected]