■ Ya es posible curarlos desde la etapa gestacional, destaca
Afectan males congénitos cardiacos a ocho de cada mil nacidos vivos: Ssa
Luego de 67 años de investigación científica, las cirugías para la corrección de malformaciones cardiacas han registrado un nivel de avance tal que ahora es posible lograr su curación, incluso, en la etapa gestacional, afirmó el doctor Aldo Castañeda, experto en procedimientos quirúrgicos pediátricos y pionero en la atención de estos problemas en los recién nacidos.
El especialista dictó ayer la primera conferencia de la cátedra Gonzalo Río Arronte, creada por la Secretaría de Salud (Ssa) como un reconocimiento a la labor del empresario y filántropo mexicano fallecido hace nueve años. La cátedra se impartirá cada año en los diferentes institutos nacionales de salud.
Ante médicos y directores de los institutos que acudieron ayer al auditorio del Hospital Infantil de México Federico Gómez, Castañeda hizo un recuento histórico de las enfermedades congénitas del corazón y de los esfuerzos clínicos que en diversos centros se han realizado para abordar estos padecimientos.
Dijo que los males congénitos cardiacos afectan a ocho de cada mil nacidos vivos, lo que equivale a 100 menores por cada millón de habitantes. De éstos, 90 por ciento requiere cirugía.
En México –indicó– ocurren 11 mil casos al año, de los que alrededor de 9 mil 600 se deberían resolver mediante una cirugía. Sin embargo, el principal obstáculo es que la detección y diagnóstico de los padecimientos se realizan de manera tardía.
Mientras, en los países desarrollados 40 por ciento de estos padecimientos se diagnostican en la etapa fetal, 33 por ciento de los enfermos son intervenidos en el primer mes de vida y sólo 15 por ciento de los infantes son operados después de un año de edad.
El experto presentó cada uno de los procedimientos clínicos que desde los años 40 del siglo pasado se han efectuado para corregir las malformaciones del corazón, empezando por los que se hicieron en Boston para atender los defectos arteriales ubicados fuera del corazón y las obstrucciones de la aorta. Los científicos tenían enfrente el reto de entrar al corazón y resolver los defectos que también se presentan en su interior, en la comunicación interauricular o la transposición arterial.
Castañeda eecordó que en los primeros intentos de cirugía a corazón abierto con circulación extracorpórea, en el año de 1953, la mortalidad era de 95 por ciento.