Usted está aquí: miércoles 20 de agosto de 2008 Mundo Paraliza parcialmente la protesta de la derecha cinco regiones de Bolivia

■ La ciudadanía rechaza la suspensión de labores y reclama diálogo urgente, dice el Ejecutivo

Paraliza parcialmente la protesta de la derecha cinco regiones de Bolivia

■ Alto acatamiento de la huelga en zonas urbanas de Santa Cruz, Tarija, Beni, Pando y Chuquisaca

■ “No somos golpistas; el único dictador es Evo Morales”, afirma el líder cívico Branko Marinkovic

Reuters y Afp

Ampliar la imagen Simpatizantes del presidente Evo Morales se ponen a salvo durante una agresión de grupos de ultraderecha en la ciudad de Santa Cruz Simpatizantes del presidente Evo Morales se ponen a salvo durante una agresión de grupos de ultraderecha en la ciudad de Santa Cruz Foto: Reuters

La Paz, 19 de agosto. La oposición conservadora logró paralizar parcialmente este martes cinco departamentos de Bolivia, en una nueva huelga marcada por incidentes de violencia, con saldo de cinco lesionados, contra los planes socialistas del presidente indígena Evo Morales.

La medida de protesta tuvo un alto acatamiento en zonas urbanas de los departamentos de la llamada Media Luna, Santa Cruz, Tarija, Pando y Beni, más Chuquisaca, que concentran 50 por ciento del producto interno bruto (PIB) boliviano y donde el gobernante aymara es resistido, según evaluaron sus organizadores.

En la protesta de un día, liderada por autoridades, dirigentes “cívicos” y empresarios del oriental de Santa Cruz, motor económico del país, jóvenes ligados a los impulsores del paro participaron en movilizaciones y agredieron a una patrulla policial y a manifestantes pro gubernamentales.

Mientras los líderes de la protesta hacían duras declaraciones contra el gobierno central, el portavoz de la presidencia, Iván Canelas, dijo que la ciudadanía rechazaba la medida de presión y exigía diálogo urgente para resolver el conflicto político.

Ésta fue la primera huelga política contra Morales desde que el mandatario arrasó en un referendo revocatorio sobre los mandatos, realizado el 10 de agosto, en que cosechó el respaldo de 67.4 por ciento de los votantes.

Cuatro prefectos (gobernadores) opositores, que ahora encabezan la huelga, fueron ratificados también en esta consulta.

Los líderes de Santa Cruz y otros cuatro departamentos, que en el último año realizaron media docena de huelgas y otras protestas contra Morales, exigen el reconocimiento a las autonomías regionales y la devolución de parte de un impuesto petrolero, con el se financia un bono vitalicio para los mayores de 60 años.

Los organizadores de la huelga afirmaron que 50 por ciento de los habitantes de sus departamentos acataron la medida.

Denuncia La Paz conspiración

El gobierno, que pretende aprovechar el respaldo del referendo revocatorio para acelerar la aprobación de una nueva Constitución, sancionada en diciembre pasado, con la que espera dar más poder a los indígenas y sentar las bases de un modelo socialista, ha ofrecido dialogar sobre el polémico impuesto directo a los hidrocarburos.

Ese tributo es una especie de regalía creada en 2005 por presión de sindicatos y otros grupos afines a Morales, quien dijo el lunes anterior que la huelga es una “conspiración”, producto de la desesperación política opositora.

Los medios coincidieron en que la huelga era casi total en las capitales de los departamentos de Santa Cruz, Tarija, Chuquisaca, Beni y Pando, pero que en las provincias de esos distritos la protesta tenía escaso impacto.

El transporte aéreo y terrestre y el comercio urbano fueron paralizados en las ciudades capitales de los distritos en huelga, pero no había reportes de alteraciones en actividades económicas clave, especialmente en la industria petrolera que bombea vitales suministros de gas a Argentina y Brasil.

A primera hora de la tarde, la tensión subió en la ciudad de Santa Cruz por un choque entre vecinos de populoso barrio marginal que apoya al presidente Morales y activistas del grupo autonomista Unión Juvenil Cruceñista (UJC), que trataban de obligar a comerciantes a acatar la huelga.

La policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a ambos bandos, que se atribuían mutuamente el inicio de la violencia en la populosa avenida Che Guevara del barrio llamado Plan 3000. En el incidente hubo cinco contusos.

“Es increíble que venga gente a atacarnos porque no queremos acatar la huelga; están vulnerando nuestros derechos humanos”, dijo la médica Leonora Terrazas, al protestar contra la UJC.

Otro incidente se produjo la noche del lunes en la ciudad de Tarija, donde huelguistas tomaron por la fuerza la oficina de la estatal Aduana Nacional, denunció esta entidad en un comunicado.

El viceministro de Gobierno (Interior), Rubén Gamarra, aseguró en conferencia de prensa que “grupos de choque de las instituciones (cívicas de derecha) están impulsando la huelga”.

Luego señaló que la medida se cumple “en zonas urbanas y no alcanza a las provincias”, donde Morales goza de gran simpatía.

Cerca de allí, Javier Moreno, un manifestante autonomista que participaba en un bloqueo, dijo que el culpable del conflicto interno en Bolivia es Morales. “Es un pésimo presidente, él ha provocado esta lucha de poder”, afirmó.

El líder cívico de Santa Cruz, Branko Marinkovic, celebró al mediodía la participación “masiva y voluntaria” de la ciudadanía en la protesta y dijo que incidentes aislados de violencia, en uno de los cuales resultó herido un camarógrafo, fueron protagonizados por grupos afines al gobierno.

“Nosotros no somos golpistas (...) El único dictador que hay en este país es el presidente de la república”, dijo el empresario aceitero y estrecho colaborador del prefecto del distrito, Rubén Costas, uno de los más destacados dirigentes opositores bolivianos.

El portavoz Canelas dijo en La Paz que la aparente debilidad de la protesta en ciudades pequeñas y el campo mostraba que “este tipo de medidas de presión ya han cansado a la ciudadanía”.

“Este rechazo ciudadano a estas medidas de presión es clara demostración de que la gente quiere diálogo, concertación y no autoridades que insultan y agreden a personas e instituciones cada vez que abren la boca”, afirmó en alusión a Costas, quien frecuentemente dirige insultos a Morales.

Canelas no reveló planes gubernamentales para una eventual reanudación del diálogo político con los prefectos rebeldes. El último encuentro en este sentido, celebrado hace una semana, concluyó sin acuerdos.

 
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