■ Acosta Naranjo debe irse porque se ha convertido en un “factor de polarización”
Encinas se dice dispuesto a llegar a un “acuerdo duradero” con Nueva Izquierda
■ Señala que una figura como Cárdenas Batel podría impulsar la unidad del sol azteca
Alejandro Encinas Rodríguez, ex candidato de Izquierda Unida (IU) a la dirigencia nacional del PRD, planteó que es posible lograr con sus adversarios de Nueva Izquierda (NI) un “acuerdo duradero” que permita construir una dirección colegiada que defina el contenido del Congreso Nacional y conduzca las negociaciones hacia un pacto para que la elección extraordinaria se realice después del proceso constitucional de 2009, cuando se renovará la Cámara de Diputados.
“La solución es por esa ruta, por esa vía. Alguien que ayude a transitar a la normalización de la vida interna del PRD”, afirmó. Inclusive dijo que hay algunos acuerdos asumidos en el Consejo Nacional del sábado que él y su corriente comparten, como la definición en favor de la defensa del petróleo y la decisión de acompañar la iniciativa de reforma energética que esta semana terminará de afinar un grupo de intelectuales.
Advirtió que si bien hay posibilidad de llegar a un acuerdo, porque “hasta en las guerras los hay”, Guadalupe Acosta Naranjo no puede quedarse al frente del partido hasta 2010, “porque es parte del conflicto, ha sido factor de polarización y fue uno de los protagonistas más activos en las lamentables elecciones que tuvimos”.
Posible encuentro hoy
Anunció que hoy sostendrá una reunión para determinar las condiciones en que participarían en un encuentro, esta misma tarde, con representantes de NI, quizás en oficinas del PRD en el Senado.
Al visitar ayer el plantón que desde el sábado por la tarde mantiene tomadas las instalaciones del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), consideró que debe buscarse un perfil de dirigente que permita la unidad partidaria, como el de Lázaro Cárdenas Batel, nombre que –insistió– fue propuesto por el propio Acosta Naranjo, pero “ahora se retractó”.
En rueda de prensa, aseguró que el sábado NI utilizó las mismas tácticas de exclusión que Rafael Aguilar Talamantes aplicó a los chuchos para expulsarlos del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, pero acotó que él no dejará las filas perredistas.
–¿No se salen del PRD? –se le preguntó.
–No veo por qué. Éste es nuestro partido. Nuestro trabajo nos costó construirlo. Somos la mayoría y otra cosa es que la burocracia haya autoprorrogado su mandato en la dirección. Éste es mi partido; es nuestro partido. Lo vamos a rescatar y defender. Tenemos que evitar que la izquierda regrese a la marginalidad de hace 30 años.
Ayer, los simpatizantes de Encinas que mantienen el plantón colocaron cartulinas con la palabra “clausurado” en la puerta principal del edificio sede del PRD. El ex diputado federal Pablo Franco aseguró que ya se definió un rol de guardias para “por lo menos una semana”.
Aproximadamente al mediodía Encinas arribó al edificio perredista, donde afirmó que con la “imposición” de una dirigencia de dos años más para Acosta Naranjo, Nueva Izquierda entró “en una espiral de ilegalidad y de acciones unilaterales que no se corresponden con la necesidad de salir de la crisis” en que se encuentra el PRD.
Consideró que “no puede ser la ruta de la acción ilegal, de simular procesos democráticos y violentar la norma interna lo que dará fin a este litigio. Es momento de que pongamos en serio una solución”.
Por ello planteó que es necesario formar una dirigencia de transición, un órgano de dirección colegiado y representativo de la diversidad perredista, en el cual participen los principales dirigentes. Se trata, explicó, de que esa dirección colegiada pacte los contenidos del Congreso Nacional, la definición de la plataforma electoral para 2009 y la política de alianzas.