La Jornada Olímpica
■ Una lesión en el muslo le impidió acceder al oro en Atenas 2004
Bolt, siempre dispuesto a ir de fiesta, de adolescente ya destacaba con su sprint
Pekín, 16 de agosto. No muy trabajador, siempre dispuesto a ir de fiesta, Usain Bolt no tiene forzosamente el perfil de un campeón olímpico, pero es un auténtico superdotado que ya destacaba con su sprint en la adolescencia.
Sólo tenía 15 años y 332 días cuando atrajo la atención de su isla de 2.7 millones de habitantes. Fue en 2002. Jamaica era la sede de los Campeonatos del Mundo junior y buscaba un héroe.
Descubrió a un tipo inmenso y desgarbado, que hoy se ha transformado en un hombre de 1.96 metros y 88 kilos. Bolt, en lo que acabaría siendo una costumbre, voló para convertirse en el campeón junior más joven del mundo de la historia en 200 metros.
Dos años más tarde confirmó todo su potencial al batir el récord del mundo junior en Bermudas, con 19.93 segundos.
El oro olímpico estaba al alcance, pero una lesión en el muslo le impidió defender sus posibilidades en Atenas.
En las semanas siguientes decidió ir a prepararse a Kingston con el entrenador nacional Glen Mills, quien quiso orientarlo en los 400 metros, pero el joven rechazó la idea al considerar que el entrenamiento era demasiado duro.
Siguió entonces concentrándose en la prueba de 100 metros, pero sus lesiones frenaron su progresión. Sin embargo, no se dejó abatir. “En Jamaica, somos muy orgullosos. No nos gusta perder”, expresa.
Para motivarlo, Mills le propuso un negocio. Si batía el viejo récord nacional en 200 metros (19.86), de 1976, lo dejaría disputar los 100 metros.
Bolt rebajó su marca a 19.75 en junio en 2007 y Mills lo dejó participar en Retimo, en Creta, el 18 de julio de 2007. Cuatro carreras más tarde, batió el récord del mundo en Nueva York (9.72), el 31 de mayo.
Bolt se convirtió entonces en un icono mediático, aunque no cambió. “Para mí no es nuevo. Fui campeón del mundo junior a los 15 años”, indica.
Y tampoco tiene ninguna intención de cambiar de modo de vida. “Siempre estoy de fiesta. En cuanto veo que tengo tiempo y que no perjudicará mi entrenamiento, salgo. Hay que ver lo que es (una fiesta en Jamaica): nos encanta bailar”, señaló.