■ Concluye en El Erial de Madrid el seminario en homenaje al centenario de su natalicio
Allende nunca fue un político de diseño; sus conceptos, sin trampa ni cartón: Carlos Taibo
■ Su proyecto está vivo en los procesos de Venezuela, Bolivia y Ecuador, dice el catedrático español
Ampliar la imagen Carlos Fazio, Pablo González Casanova, Blanche Petrich, Hugo Gutiérrez Vega, Marcos Roitman Rosenmann, Pedro Miguel, Ricardo Zúñiga (secretario del curso), el sociólogo chileno Francisco Zapata y Luis Hernández Navarro, en la clausura del seminario realizado en El Erial de la capital española Foto: Armando G. Tejeda
Madrid, 15 de agosto. Salvador Allende no fue un “político de diseño” en cuyo proyecto político “no había trampa ni cartón”, antes bien abrió la puerta a una nueva vía de acción política y social de carácter libertaria, que permanece viva hoy en día en América Latina, sobre todo en los procesos abiertos en Bolivia, Venezuela y Ecuador, se señaló hoy en El Erial.
Carlos Taibo, prestigioso catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, fue el responsable de clausurar el curso de verano El pensamiento vivo de Allende: actualidad y perspectivas, patrocinado por la Universidad Complutense de Madrid y La Jornada y organizado por el sociólogo Marcos Roitman Roseman.
El último día de trabajo de este seminario se centró en destacar algunos de las “grandes enseñanzas” del gobierno de la Unidad Popular y del pensamiento y las reflexiones del presidente asesinado en La Moneda, el 11 de septiembre de 1973, en lo que fue la “mayor traición de la historia”.
Taibo apuntó que la figura de Allende ha crecido con los años, porque se ha comprendido mejor y con hondura su proyecto político libertario y utópico, pero también porque su nombre se contrapone al de Augusto Pinochet, un dictador sanguinario que murió alegando demencia senil para no ser encarcelado mientras acumulaba millones de dólares en bancos europeos y de Estados Unidos.
El catedrático español identificó en Allende y su legado histórico una serie de virtudes, entre ellas su defensa del derecho de autodeterminación de los pueblos, en el que siempre prevalecía, o se contraponía al de cualquier intento de acto imperialista; el de la defensa de la soberanía, que se reflejó con nitidez en la forma como nacionalizó algunos recursos naturales, como el cobre; y el carácter “anticapitalista” de su pensamiento y de su proyecto de país, que defendía sin ambages una nación “socialista” y justa.
“En esto Allende nunca fue un político de diseño, ya que en sus conceptos no había ni trampa ni cartón. Fue chileno, latinoamericano y ciudadano del mundo, pero debo decir que el proyecto de Allende está más vivo en los procesos abiertos en Venezuela, Bolivia y Ecuador”, aseguró Taibo.
El profesor de ciencia política también se aventuró a reflexionar en voz alta sobre las enseñanzas de Allende para afrontar un mundo cada vez más apocalíptico y víctima de sus propios excesos, de manera grave el consumismo de los países ricos de Occidente.
“Estaríamos dramáticamente equivocados si pensáramos que las políticas que abrazó Hitler 80 años atrás remite a un momento histórico coyuntural y, por ello, literalmente irrepetible. Lo que defiende Carl Amery en su libro Auschwitz ¿comienza el siglo XXI? es que es más que probable que reaparezcan entre nosotros en los años venideros, ojo no defendidas por marginales grupos neonazis sino avaladas por algunos de los principales centros de poder existentes en el planeta. Cada vez más conscientes de la escasez de productos y más declaradamente partidarios de proyectos de darwinismo social encaminados a preservar esos recursos en manos de una escueta minoría de la población”, dijo Taibo.
En este sentido, recordó la “lección magistral” de Allende: “Murió antes de la irrupción fulgurante del proyecto neoliberal, pero en cualquier caso quienes pensamos que el neoliberalismo no es sino una expresión natural de lógicas claramente insertas de siempre en el capitalismo, podemos legítimamente concluir que Salvador Allende nos puso sobre aviso ante las secuelas ingentes en el terreno económico, social y ecológico del neoliberalismo. Pero creo que también nos puso sobreaviso ante la tentación de considerar que el proyecto keynesiano socialdemócrata da satisfacción suficiente de las necesidades que tenemos entre manos”.
Debates y mesas redondas
Con esta magna conferencia culminó una semana de debates, mesas redondas y conferencias en torno a Salvador Allende, en homenaje al centenario de su natalicio. El proyecto partió de una plática privada entre el organizador del curso y colaborador de este diario, Marcos Roitman, con Joan Garcés, quien fue uno de los hombres más cercanos a Allende en sus últimos años de vida.
La directora de La Jornada, Carmen Lira Saade, decidió apoyar el homenaje bajo el firme convencimiento de que el legado de Allende trasciende las fronteras de su país y de la historia, convertido a 35 años de su muerte en uno de los personajes históricos más relevantes del siglo XX.
Comparte este privilegio desde una óptica positiva de la historia con otros dos líderes de vocación libertaria: Mahatma Gandhi y Nelson Mandela.
El objetivo de este curso era rememorar su apasionante y atribulada biografía, pero también releer sus textos, reinterpretar sus gestos y actos históricos, y, por supuesto, rescatar del “disco duro” de la memoria de los pueblos la impronta que dejó en silencio, pero de manera rotunda, el proyecto socialista de un hombre que un día vaticinó, mientras los aviones de los militares traidores bombardeaban el palacio presidencial, que “más temprano que tarde se abrirán de nuevo las grandes alamedas por donde pasará el hombre libre”.