■ Libro “tranquilo y feliz”: María Baranda
Presentan nuevo poemario de Fernández Granados
Principio de incertidumbre es el libro más reciente del poeta Jorge Fernández Granados (DF, 1965), publicado por Ediciones Era. Es “tranquilo y feliz, aunque por momentos su impulso sea desesperado y su ritmo se acoja en el vértigo”, señaló María Baranda durante la presentación del volumen.
En una concurrida reunión efectuada en la Casa Refugio Citlaltépetl, la también poeta consideró que la búsqueda es el principio metódico de su colega, en cuyo texto “se tejen o destejen los puntos de vista de quien dice, de quien suscita imágenes, preguntas y otorga sentido al horror de la vida o de la muerte, así como el de la retaguardia o el del recuerdo, donde lo anecdótico cobra el valor del presente y determina el espacio del refugio para que el tiempo pasado encarne en posibles soluciones que fecundan y frecuentan constantemente las inquietudes del autor”.
Baranda señaló que Fernández Granados ha optado por la salida de adaptarse a una edad mediana y encontrar otro modo de escribir, “a cada vuelta de poema, buscando una nueva alternativa, otro camino para cruzar su propia expresión poética.
“Pero este libro, a pesar de todo, es tranquilo y feliz, aunque se exalte ante el imprevisible, lento paso de una hormiga, ante la difícil subida a una higuera y al juego de bolos con Dios de por medio, Dios impreciso, Dios en cada veta del carril de madera, labrado en el tiempo y ungido con cera en la categoría del olvido.”
El aprendiz, telúrico poema
Asimismo se dieron a conocer los poemarios Son caminos, del autor estadunidense John Oliver Simon, y Los fantasmas del palacio de los azulejos, versión bilingüe del poemario de Jorge Fernández Granados, con sus versos traducidos al inglés por Simon, publicado por Tameme.
Los escritores Jorge Volpi y Josu Landa completaron la mesa de presentadores, en una noche que tuvo como rúbrica el telúrico poema El aprendiz, en voz de su autor: “No había ninguna isla para mí,/ sólo el mar o las voces, sólo la noche. (...) Qué lejos hay que ir/ para encontrar la llave/ de nuestra propia casa.”