■ Busca consenso de distintos actores sobre texto que repartirá el lunes
“Lección de civismo”, si la SEP aceptara libro del GDF sobre sexo
■ Ignora que la verdadera enseñanza la dan grupos sociales: Díaz Barriga
Los libros de formación cívica y ética que a partir de este lunes serán distribuidos a los niños de primaria del país contaron con el “apoyo” de instituciones como la UNAM, el Ejército y la Confederación de Cámaras Industriales; entre los “participantes” enunciados aparecen desde el historiador Enrique Krauze, el compositor Armando Manzanero hasta el filósofo Adolfo Sánchez Vázquez.
Con ello, la Secretaría de Educación Pública (SEP) pretende alcanzar consenso entre ciertos actores sociales, porque, de acuerdo con especialistas, no significa que el libro “sea bueno pedagógicamente” y, por otro lado, al congratularse de la inclusión de la enseñanza sexual en estos textos, destacan que una “verdadera lección cívica y ética” de la dependencia sería evitar la proscripción del libro del gobierno capitalino sobre educación sexual.
En los ejemplares –uno para cada grado de primaria– reaparece en la portada la conocida obra La Patria, de Jorge González Camarena –una mujer de tez morena, con rasgos indígenas, que se apoya en la agricultura, la industria y la cultura simbolizadas en el Escudo, la Bandera, un libro y los productos de la tierra–; representación que fue utilizada de 1962 a 1972.
Los ejemplares contaron con el “apoyo institucional” de al menos medio centenar de organismos, direcciones y grupos, como México Unido contra la Delincuencia y Mexicanos Primero –donde participa el ex subsecretario de Educación Lorenzo Gómez Morín–; las secretarías de Gobernación, Marina y Relaciones Exteriores, y centros educativos como El Colegio de México.
En todos los títulos se apunta que “participaron los siguientes ciudadanos”: el periodista Germán Dehesa, el historiador Enrique Krauze, la ex titular del Instituto Nacional de Desarrollo Social Cecilia Loría, el compositor Armando Manzanero, el arqueólogo Eduardo Matos, el científico Mario Molina, el escritor y periodista Carlos Monsiváis y el filósofo Adolfo Sánchez Vázquez. Sin embargo, se incluyen pequeños textos bajo la autoría de las instituciones que colaboraron y hay otros a título individual.
Ángel Díaz Barriga, experto del Instituto de Estudios sobre la Universidad y la Educación (IESU) de la UNAM, señala que las autoridades consideran que con una materia y un libro un alumno tendrá formación cívica, pero no se da cuenta de que la verdadera enseñanza que un niño recibe en ese sentido es la que proviene de los actores sociales, los medios de comunicación y la familia. Y se les dice que las leyes “se pueden violar tantito, que cuando se requiere algo es bueno tener una palanca”. De tal forma, consideró que esto es “un artificio”, y no porque los valores no sean importantes.
Los libros tienen una estructura similar –aunque las temáticas cambian de acuerdo con el grado–, consistente en cinco unidades, cada una de las cuales se compone por un apartado titulado “Dialoguemos”, otro llamado “Caja de Herramientas” y dos más en torno a las técnicas formativas y las sugerencias de actividades.
En el libro de sexto grado, se hace especial énfasis en los cambios que enfrenta un adolescente, así como sus derechos y los abusos de los que puede ser víctima, como el físico, el sicológico y el sexual.
En torno a este último, establece que “no somos seres sexuados sólo para reproducirnos. Este hecho es necesario para mantener la especie humana. Pero la sexualidad es más que eso, pues involucra toda nuestra identidad personal e implica la manera de relacionarlos con padres, hermanas, hermanos, amigos y amigas”.
La investigadora Etelvina Sandoval, de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), se congratula de la inclusión de estas temáticas, pero “lo incongruente” es que la SEP prohíba el texto sobre educación sexual del gobierno de la ciudad, lo cual no es muestra de democracia ni de los valores que pretende infundir en títulos como estos, enfatizó.
Por otro lado, corrige a la SEP –que insiste en que después de un cuarto de siglo regresarán estos textos a las aulas– y precisa que no son una novedad, porque la educación cívica siempre ha estado presente. Recuerda que sólo en el equipo del ex subsecretario Olac Fuentes se trabajó el cambio de civismo a educación cívica y ética. Por último, indica que cuando un libro contiene tantas miradas y pretende “complacer a tanta gente” podría descuidar el aspecto estrictamente pedagógico.