Usted está aquí: lunes 11 de agosto de 2008 Cultura Usan más el inglés que las lenguas locales en la literatura africana

■ Muchos autores lo utilizan “para llegar a un mayor público internacional”, afirma

Usan más el inglés que las lenguas locales en la literatura africana

■ Lo ideal sería traducir todas esas obras a los idiomas nativos, sugiere el profesor de lingüística Sizwe Satyo

■ Lamenta el académico que no haya calidad en lo que se escribe en Sudáfrica

Mónica Mateos-Vega (Enviada)

Ampliar la imagen En las librerías sudafricanas es más fácil hallar obras de Julio Cortázar o catálogos de la pintura de Diego Rivera que libros escritos en zulú o xhosa   En las librerías sudafricanas es más fácil hallar obras de Julio Cortázar o catálogos de la pintura de Diego Rivera que libros escritos en zulú o xhosa Foto: Mónica Mateos-Vega

Ciudad del Cabo. La actual literatura en lenguas indígenas africanas está concentrada en temas relacionados con la emancipación de la esclavitud o con la nueva forma de vida en libertad que se goza, “pero no hay calidad en lo que se escribe; la tendencia es tratar de impresionar a costa de lo que se produce”, afirma Sizwe Satyo, profesor de lingüística de la Universidad de Cape Town.

En entrevista con La Jornada, el especialista ofrece un panorama del desarrollo de las letras durante los años recientes en un país que, debido a la herencia del apartheid, sufre un elevado índice de analfabetismo.

No obstante el apoyo que el gobierno otorga a la publicación de obras en zulú, xhosa, setswana o sesotho (las lenguas originarias más habladas), aquí es considerado best seller un título que alcanza sólo 8 mil ejemplares vendidos, cifra baja en este país.

La batalla por tener una buena literatura netamente africana apenas se inicia, agrega Satyo, pues “muchos autores todavía sienten que es mejor escribir en inglés para llegar a un mayor público internacional; entonces, lo ideal sería traducir todas esas obras a lenguas locales”.

Hace apenas dos años se dio uno de los primeros pasos al traducirse al zulú El Principito, obra que si bien es de un escritor francés, Antoine de Saint-Exupéry, fue aceptada de inmediato por la población, a la que los baobabs (ésos árboles cuyas semillas eran un peligro en el planeta del niño) resultan bastante cercanos, física y metafóricamente.

Pero también están pendientes de ser llevadas a versiones nativas los libros de los dos premios Nobel que tiene Sudáfrica: Nadine Gordimer y J.M. Coetzee, así como los de los otros grandes literatos africanos: Wole Soyinka, de Nigeria, y Naguib Mahfuz, de Egipto.

“Sería una forma estratégica y buena de animar la producción de literatura moderna porque no todas las personas leen en inglés. Hay que darles la posibilidad de disfrutar esas obras a todos”, continúa el catedrático.

En la Sudáfrica posapartheid, explica, “hay una tendencia a plasmar la literatura oral en escrita; eso es interesante porque la narración oral tiene tendencia a desaparecer.

“Por otra parte, están los lectores que buscan leer lo que se produjo durante la época del apartheid, a lo que no tenían acceso. Ahí están obras muy buenas, de mucha calidad, de autores que escribieron desde el exilio.”

La lírica zulú

La poesía zulú es de los géneros más populares en Sudáfrica. Muchas personas conocen versos como éste, de autor anónimo: “El cuerpo muere, el alma sigue joven/ el alimento servido desgasta la vasija/ ningún leño conserva su corteza cuando envejece/ ningún amante está tranquilo/ mientras llora su rival.”

Hay ritmos y figuras que se disfrutan mucho en la lírica zulú, “porque se pueden apreciar elementos del arte de la oralidad”, puntualiza el profesor Satyo.

En Sudáfrica, la nación con más potencial económico del continente africano, donde habitan 48 millones de personas, se venden al año poco más de 500 mil libros.

Además del inglés y el afrikaans (mezcla de inglés, holandés antiguo y aderezos de lenguas indígenas), es lengua oficial en el país el zulú, que habla 21.5 por ciento de los que viven en la provincia de Gauteng, donde se encuentra la ciudad de Johannesburgo; es fácil identificarlo porque quienes lo hablan hacen toda una variedad de chasquidos con la boca. En toda Sudáfrica, el zulú es hablado por 9.2 millones de personas.

También son oficiales: xhosa (se pronuncia “kosa” y es el idioma de 17.5 por ciento de los sudafricanos, entre ellos Nelson Mandela y Desmond Tutu), ndebele, sesotho (del sur y del norte), leboa, setswana, tshivenda y xitsonga.

Si alguien piensa que con saber inglés podrá desenvolverse con facilidad en Sudáfrica, quizá tenga razón a medias. Por doquier se escucha una mezcla de lenguas: en la radio, los locutores empiezan hablando afrikaans y luego meten palabras que en principio suenan a inglés pero que acaban siendo una mezcla de todo el rico lenguaje nativo africano.

No obstante, en las librerías aún no se encuentran a la mano libros en zulú o xhosa. Es más fácil hallar, sin mucho esfuerzo, la obra de Julio Cortázar o catálogos de la pintura de Diego Rivera.

La producción literaria africana, sin embargo, destaca, principalmente, por su poesía y cuento, “y aunque el primer género es más popular, pues es más cercano al corazón, los lectores hacen sus propias interpretaciones acerca de lo que quiso decir el poeta, cosa que no ocurre con una novela, por ejemplo.

“Respecto del cuento, quizá como ocurre con mucha de la literatura que se nutre de la oralidad, los personajes principales provienen casi siempre de la naturaleza. En los cuentos africanos hablan la luna, el mar, los animales, los árboles, toda la naturaleza que nos rodea, pues ahí, en nuestro mundo literario, aún no se nos olvida que el hombre no está solo”, concluye el profesor Satyo.

 
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