■ Activistas del mundo realizarán hoy asamblea para fortalecer el movimiento chiapaneco
Acaba festejo por autonomía zapatista con recuento de los abusos erradicados en 1994
■ Ven en construcción de carretera riesgo de incursiones militares o de llegada de trasnacionales
Ampliar la imagen Integrantes de la caravana de solidaridad con los zapatistas a su llegada al caracol de La Garrucha Foto: Moysés Zúñiga Santiago
San Cristóbal de las Casas, Chis., 10 de agosto. Este sábado culminaron en el caracol de La Garrucha las celebraciones por el quinto aniversario de las juntas de buen gobierno (JBG). Acudieron a los actos conmemorativos, en las cinco zonas autónomas, miles de bases de apoyo del EZLN. En el caracol de la selva tzeltal estuvo el contingente más numeroso de la Caravana Nacional e Internacional de solidaridad con las comunidades zapatistas.
A la brigada de la caravana, que recorrió las comunidades del municipio Francisco Gómez durante la semana que termina, “el lodo, las caminatas y el cansancio no le impidieron el viaje hasta diferentes comunidades que trabajan la autonomía zapatista”, reportaron los activistas de diversos países.
Visitaron los nuevos centros de población Javier Hernández, San Rafael y Rancho Santa Rita, establecidos en tierras recuperadas después del levantamiento de 1994. Antes habían recorrido las comunidades y campos de Hermenegildo Galeana y San Alejandro.
Ante los trabajos de acondicionamiento de la carretera en construcción que atraviesa la cañada, los observadores consideraron que “posiblemente” facilitará la entrada de los militares y el turismo, “amenazas serias para las comunidades” y que preparan el terreno “para la incursión de las multinacionales que quieren esquilmar Chiapas con la excusa del ecoturismo”.
En Javier Hernández, los indígenas, como en cada uno de los lugares visitados, hicieron una recepción “en la que participaron niños, jóvenes y mayores. La generosidad vuelve a ser la principal seña de identidad de los zapatistas, convidándonos con frijoles, arroz y café”.
La historia del lugar era de “de injusticias y opresión, rancheros despiadados, semiesclavitud, hasta que se puso en marcha la construcción de la alternativa zapatista, y ahora son ellos los que deciden cómo trabajar la milpa”.
Posteriormente, llegaron a Rancho de Santa Rita, “una finca enorme que hasta 1994 era propiedad de un sólo patrón; una mansión con baño alicatado e interruptores de porcelana, al estilo de los ranchos sureños de los esclavistas estadunidenses”. Los ancianos del poblado recordaron que a pesar de la revolución de Emiliano Zapata, “no cambió la propiedad de la tierra, que siguió estando en manos de un único terrateniente”.
En San Rafael escucharon de nuevo historias de injusticias “que se repiten hasta 1994”. Antes, los indígenas debían trabajar “de sol a sol, en jornadas que podían ser de 3 de la mañana a 6 de la tarde; casi no tenían tiempo de laborar en sus propias casas”. El patrón maltrataba y abusaba de las mujeres. “Cuando los indígenas denunciaban su situación a las autoridades municipales, éstas no encontraban más que excusas para defender al terrateniente. Por eso comenzaron a organizarse. Ahora ya pueden bañarse o pescar en el río, cuidar sus animales o trabajar la milpa en las condiciones que deciden. Las compañeras y compañeros zapatistas nos aseguran que seguirán hasta donde puedan y continuarán luchando”, reportó la brigada.
Por último, la caravana regresó al caracol de La Garrucha, donde el sábado Radio Insurgente transmitió en vivo, durante varias horas, mensajes e historias en voz del subcomandante Marcos y el teniente coronel Moisés. De allí, la delegación se trasladó a San Cristóbal de las Casas.
En vista de la diversidad y la novedad de grupos internacionales y personas que convergieron, la última actividad formal será una asamblea este lunes. Adelantaron que buscarán interconectarse y fortalecer las redes de solidaridad con el movimiento zapatista.