“Te vamos a chingar”
La tarde del 10 de febrero de 2007, un comando llegó al domicilio de la familia Ocegueda Ruelas, en Tijuana. Frente a su madre y a su hermana menor Fernando fue golpeado y levantado por los tripulantes de dos camionetas, ante la mirada de decenas de comerciantes y consumidores de un tianguis. Nadie ha vuelto a saber de él.
Su padre, del mismo nombre, recorrió infructuosamente decenas de oficinas gubernamentales. Se olvidó del negocio familiar para integrarse a la Asociación Esperanza, que lo designó representante en Tijuana.
En vísperas de aquel 10 de febrero, otro de sus hijos (cuyo nombre se mantiene en reserva) acudió a una fiesta con su novia, que llamó la atención de un grupo de personas, entre ellas los integrantes del grupo musical Expresión Norteña.
El cantante, Alberto Cervantes, invitó a la chica a departir con el grupo. El joven tijuanense encaró a los mensajeros y hubo un conato de pleito. La pareja prefirió irse de la fiesta, pero el novio recibió una amenaza: “Te vamos a chingar, cabrón”.
Posteriormente, un grupo de pistoleros se llevó a Fernando, al confundirlo con su hermano, cuya única culpa fue ser novio de una joven que le gustó a algún integrante del crimen organizado.
Hace dos meses surgió una esperanza: en una operación llevada a cabo en un restaurante de mariscos de Tijuana se capturó al cantante de Explosión Norteña, junto con presuntos narcotraficantes y policías municipales que custodiaban a una célula de Teodoro García Simental.
Sin embargo, la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada de la Procuraduría General de la República sigue sin aclarar este caso, que mantiene en la incertidumbre a la familia Ocegueda Ruelas.