La década prodigiosa
Desde hace varios años, durante los meses de verano, la Filmoteca de la UNAM había acostumbrado a los cinéfilos capitalinos a encontrar en diversas salas del circuito cultural universitario un espacio de propuestas alternativas a una cartelera comercial particularmente saturada de productos hollywoodenses, en su gran mayoría prescindibles e inocuos. Su propuesta anual, el Festival Cinematográfico de Verano –ciclo de ocho realizaciones internacionales enfocado a destacar propuestas de autor–, no se presentará este año. En su lugar, se ofrece desde hace varias semanas en el Centro Cultural Tlatelolco, pero a partir del miércoles próximo también en la sala José Revueltas, del Centro Cultural Universitario, un verdadero festín cinematográfico: la revisión de 150 películas, entre obras de ficción y documentales, relacionadas con los años 60. Una suerte de mirada al cine que se veía en México antes y después de 1968, año emblemático. Una distancia de 40 años de aquel año olímpico, marcado por el entusiasmo deportivo, pero también enlutado por la represión gubernamental.
A título estrictamente informativo, habrá que esbozar aquí el panorama de lo que se presentará; el comentario crítico que inspira cada cinta corre a cargo del ánimo memorioso del lector maduro, con su carga de gratificación nostálgica, mientras que la recompensa del hallazgo afortunado será placer del joven cinéfilo aventurado. Considérense la variedad y riqueza de la propuesta: el ciclo La década prodigiosa es, de modo inevitable, ecléctico, y su criterio de selección, evidentemente representativo. Muestra en su sección Cero en conducta (rebeliones estudiantiles) una cinta, para muchos jóvenes desconocida, Al maestro con cariño (To Sir with Love, Clavell, 1967), estelarizada por Sidney Poitier; en una sección denominada, a lo Régis Debray, La crítica de las armas, ofrece La batalla de Argel (1966), estupenda realización de Gillo Pontecorvo; Los rojos y los blancos (1967), del húngaro Miklos Jancsó, y dos largometrajes de Glauber Rocha, Antonio das Mortes (1963) y Dios y el diablo en la tierra del sol (1969). Una sección más, La primavera de Praga, incluye Los trenes rigurosamente vigilados (1966), de Jiri Menzel, y Al fuego los bomberos (1967), de Milos Forman; la sección Guerra fría propone una visión satírica de Stanley Kubrick, Dr. Insólito o cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba, de 1964, y El factor humano, de Otto Preminger, de 1979. Una división interesante, Underground y contracultura, presenta la hilarante El restaurante de Alicia (1967), de Arthur Penn, con el cantante country Arlo Guthrie, y Marat/Sade, de Peter Brook (1967), mientras Rock y música en el cine/Denme asilo, acude a la emblemática Woodstock (Wadleigh, 1970), Monterey Pop (D.A. Pennebaker, 1968), Gimme shelter (Albert & Daveid Maysler, 1970), la sicodelia de El submarino amarillo (George Dunning, 1968), y el hermetismo experimental de Simpatía por el diablo (1968), de Jean Luc Godard. Otra sección de la retrospectiva es Cine independiente mexicano, con Los caifanes (1967), de Juan Ibáñez, La soldadera (1966), de José Bolaños, Mariana (1967), de Juan Guerrero, En el balcón vacío (1961), de Jomi García Ascot, Amor, amor, amor (1964), de Benito Alazraki, Manuel Barbachano Ponce, et al, y Hasta el viento tiene miedo (1967), de Carlos Taboada, y La verdadera vocación de Magdalena (1971), de Jaime Humberto Hermosillo. Hay, naturalmente, más secciones (Pesadilla sin fin: cine de horror, Spaghetti western, Versus, La crisis del american way), también una serie de documentales de aquellos años, presentados por DocDF, y muchas cintas más. Para mayor información consulte la cartelera del Centro Cultural Universitario (sala José Revueltas): www.filmoteca.unam.mx/cines
Antes que dé inicio el próximo miércoles La década prodigiosa en el CCC de la UNAM, este domingo pueden apreciarse en el Centro Cultural Tlatelolco (antiguo edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Plaza de las Tres Culturas), las cintas mexicanas La sombra del caudillo, de Julio Bracho, La rosa blanca, de Roberto Gavaldón (anteriormente sometidas a la censura política), y Cinco de chocolate y uno de fresa, 1967, comedia pop de Carlos Velo, con guión de José Agustín, y música del grupo de rock Los Dug Dugs. Prodigiosa, en efecto, la década.