■ Decreta Tbilisi el “estado de guerra”; éxodo de osetios hacia territorio ruso
Combaten Rusia y Georgia con aviones, tanques y artillería pesada en la separatista Osetia del Sur
Ampliar la imagen Una georgiana yace frente a un edificio de departamentos que fue atacado ayer en la localidad de Gori por la fuerza aérea de Rusia Foto: Ap
Moscú, 9 de agosto. Los ejércitos ruso y georgiano, con empleo de aviación, tanques y artillería pesada, continuaron combatiendo este sábado en el territorio de la república separatista de Osetia del Sur, mientras casi una tercera parte de la población osetia se refugió ya en Rusia y, en otro foco de tensión en el Cáucaso, Abjazia –la segunda república independentista de Georgia–, realizó incursiones aéreas para bombardear objetivos militares georgianos en la disputada región del desfiladero de Kodori.
En medio del polvorín caucásico, el Kremlin explicó que el incremento de sus tropas en Osetia del Sur obedece a la necesidad de “imponer la paz a Georgia”, formulación que hizo el presidente Dimitri Medvediev, inédita como medida coercitiva por carecer del aval del Consejo de Seguridad, en los términos del capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas.
Mientras, en Nueva York, el Consejo de Seguridad se declaró imposibilitado de actuar en el conflicto ante la negativa de Moscú a votar en favor de un alto del fuego inmediato, informa Dpa.
El gobierno de Mijail Saakashvili, en contraste, decretó hoy el “estado de guerra” en Georgia durante los próximos 15 días para hacer frente, con la ley marcial, a lo que definió como “agresión militar de Rusia” en su contra.
Hasta ahora, diversas fuentes involucradas en el conflicto han reportado la muerte de más de 2 mil civiles y 15 soldados rusos.
De agresión, pero de Georgia a Osetia del Sur, habló también el primer ministro ruso, Vladimir Putin, el cual suspendió su olímpica estancia en Pekín y se trasladó a Vladikavkaz, Osetia del Norte (Rusia), para coordinar personalmente la “ayuda a refugiados” y, en realidad, la operación del ejército ruso en la vecina región.
Con ello, Putin confirmó de nuevo que en el Ejecutivo bicéfalo que gobierna Rusia, en momentos de grave crisis, una cabeza pesa más que la otra. Por eso fue él, y no el formal titular del Kremlin, quien defendió el derecho de las tropas rusas a combatir en Osetia del Sur, territorio de Georgia.
“Con estricto apego a derecho, las acciones de Rusia en Osetia del Sur son absolutamente fundadas y legítimas. Según los acuerdos internacionales vigentes, incluido el de 1999, Rusia no sólo debe cumplir la función de fuerza de pacificación, sino tiene la obligación de proteger a una de las partes si la otra incumple el compromiso de cese del fuego, lo que estamos haciendo en relación con Osetia del Sur”, subrayó Putin.
Además, arremetió contra el gobierno de Saakashvili: “Lo que han hecho las autoridades georgianas en Osetia del Sur es, por supuesto, un crimen y, ante todo, un crimen contra su propio pueblo”.
Y Putin, con la mente puesta en Kosovo, dejó abierta la posibilidad de la secesión: “Asestaron un golpe demoledor contra su propia integridad territorial, ya que es difícil imaginar de qué manera, luego de lo que están haciendo, piensan convencer a Osetia del Sur de que forme parte de Georgia”.
Tbilisi acusa a Moscú de bombardear posiciones fuera de Osetia del Sur, lo cual desmiente Rusia y asegura que sus tropas sólo pretenden que el ejército georgiano abandone el territorio osetio y regrese a los límites anteriores.
Rusia considera que el ataque de Georgia está provocando “una catástrofe humanitaria” en Osetia del Sur. Putin dio a conocer que, en los días recientes, cerca de 34 mil osetios –la mitad de su población– cruzaron la frontera.
La mayoría de los hombres regresaron, y en Rusia ahora permanecen más de 22 mil personas refugiadas, en su mayoría mujeres y niños, la tercera parte de los habitantes de Osetia del Sur.
Para reconstruir Tsjinvali, la capital osetia, y sus principales poblados severamente dañados por los bombardeos, Rusia se dispone a destinar, en primera etapa, cerca del equivalente de 450 millones de dólares, anunció Putin.
Medvediev, por la noche, habló por teléfono con su colega estadunidense, George W. Bush, con la intención de que Washington ejerza presión sobre Tbilisi.
“La única salida de la trágica crisis provocada por el gobierno de Georgia es que retire sus tropas de la zona del conflicto, vuelva a la vía de los acuerdos de paz y, antes que nada, asuma un compromiso de no utilizar la fuerza”, dijo Medvediev a Bush, según el servicio de prensa del Kremlin.
En ese contexto, las autoridades de la república de Abjazia, la otra región que a comienzos de los 90 se proclamó independiente y de jure pertenece a Georgia, confirmó que realizó hoy incursiones aéreas para bombardear objetivos del ejército georgiano en el desfiladero de Kodori, “ocupado por Georgia en 2006, con lo cual violó los acuerdos de paz de 1994”.
Abjazia, explicó su ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Shamba, decidió “concentrar sus destacamentos armados junto a la frontera con Georgia, los cuales se encuentran en plena disposición de entrar en combate, para forzar una reubicación de tropas georgianas y, con ello, ayudar a nuestros hermanos osetios”.