■ Bolivia accedió pagar a Shell las acciones de la transportadora de gas Transredes
Dice Correa que petroleras extranjeras se “portaron muy bien” en las negociaciones
■ Ecuador destraba acuerdo para que empresas pasen de ser socias a prestadoras de servicios
Quito, 9 de agosto. Ecuador está recuperando su petróleo gracias a la modificación de los contratos con las compañías extranjeras, que pese a las reticencias iniciales “se portaron muy bien” en las negociaciones de esta semana, aseguró el presidente Rafael Correa. “Estamos recuperando nuestro petróleo y las empresas se están portando muy bien”, reiteró el mandatario en su programa semanal de radio y televisión.
En La Paz, Bolivia, se informó que el gobierno accedió a pagarle a la firma anglo-holandesa Shell por sus acciones en la empresa transportadora de gas Transredes, nacionalizada por el presidente Evo Morales en junio pasado, aunque se desconoce el monto de la operación, según la prensa local.
El entendimiento fue firmado en la casa presidencial entre el ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, y el representante de la Shell, José María Linardi, en presencia de Morales. En tanto, el viceministro de Mediana y Gran Empresa, Eduardo Peinado, informó que Irán y Venezuela otorgarán un crédito de 230 millones de dólares para el funcionamiento de dos fábricas de cemento que funcionarán en los próximos 24 meses en Bolivia.
El 7 y 8 de agosto el gobierno ecuatoriano anunció los acuerdos con la brasileña Petrobras, la hispanoargentina Repsol-YPF y la china Andes Petroleum de China para modificar sus contratos de participación, que hasta ahora dejan a las compañías la mayor parte del petróleo extraído.
Así, Ecuador logra 24 horas antes del anunció oficial destrabar las negociaciones que mantenía con petroleras foráneas para convertirlas de socias en meras prestadoras de servicios, tras alcanzar con las mayores firmas que operan en el país acuerdos preliminares que aumentarán los beneficios para el Estado. Las empresas acordaron migrar hacia contratos de prestación de servicios por los cuales el Estado se queda con todo el crudo, pero les reconoce gastos de operación y un margen de utilidad.
Las conversaciones con las firmas para cambiar los actuales contratos de participación por unos de prestación de servicios estaban estancadas por discrepancias con las condiciones del gobierno, por lo que el presidente izquierdista Rafael Correa decidió negociar personalmente con las compañías.
Correa señaló que al principio las petroleras se mostraron renuentes al cambio y acusaron al gobierno de atentar contra la seguridad jurídica, pero que al final decidieron permanecer en Ecuador, el miembro más pequeño de la OPEP con una producción 511 mil barriles diarios (b/d).
“Sabemos que nos le conviene irse del país porque están ganando bastante platita. En los últimos meses les ha ido mal por el decreto 99-1, pero desde que están en el país han ganado bastante y entonces les conviene arreglar”, comentó.
Correa hacía referencia a una ley de mediados de 2007 por la cual el Estado se quedó con el 99 por ciento de las ganancias extraordinarias por el alto precio del barril de crudo, lo que desató una ola de demandas contra Ecuador ante un organismo de arbitraje internacional adscrito al Banco Mundial.
El presidente admitió que dicho reparto fue exageración y que una reforma tributaria ya fijó una distribución del 70-30 a favor del Estado, aunque justificó la medida inicial como una forma de compensar los años en que las petroleras no transfirieron un solo dólar por ingresos extras
Los acuerdos preliminares alcanzados con la brasileña Petrobras y con la china Andes Petroleum y la española Repsol-YPF permiten a Correa cumplir con uno de sus compromisos electorales, en momentos en que impulsa una propuesta oficial de Constitución que deberá ser aprobada en un referendo el 28 de septiembre.