Usted está aquí: domingo 10 de agosto de 2008 Política En el DF, unos 100 casos cotidianos de ese ilícito en su variedad exprés, señalan

■ Las cifras son similares en Guadalajara y Monterrey, afirman

En el DF, unos 100 casos cotidianos de ese ilícito en su variedad exprés, señalan

Alfredo Méndez

En metrópolis como el Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey se denuncian al día entre 10 y 12 plagios exprés y similar número de minisecuestros, equivalentes a alrededor de 10 por ciento de los que se cometen, según estimaciones de fuentes policiacas consultadas.

Dichas modalidades de ese delito afectan a ciudadanos de clase media que utilizan servicios de transporte público particular –principalmente taxis piratas– y a comerciantes que, si bien no son millonarios, pueden pagar de 10 mil a 100 mil pesos por el rescate de algún familiar.

Los secuestros exprés por lo regular duran de seis a 24 horas, desde que la víctima es plagiada hasta que es obligada a acudir a un cajero automático para sacar el máximo disponible de alguna tarjeta de débito o crédito que porte.

En cambio, los minisecuestros duran entre dos días y una semana. Por lo regular, la víctima es abandonada en alguna zona conurbada a una metrópoli.

Son las formas de ese delito a las que más recurre el hampa, debido a que son una manera rápida de obtener dinero, aseguraron especialistas en la materia consultados por La Jornada.

Max Morales, experto en liberación de rehenes por secuestro, afirmó que “tan sólo en el Distrito Federal se cometen al día 100 plagios exprés, pero únicamente se denuncian 10 por ciento”.

Los delitos de esa clase surgieron en México en los años 80, con la llegada de los cajeros automáticos, refirió Renato Sales, ex subprocurador de averiguaciones previas de la Procuraduría del Distrito Federal.

“Los secuestros exprés tienen que ver con la afluencia de los cajeros automáticos; a esta modalidad de delito se le conoce como secuestro al paso en Centroamérica; nace junto con la creación de los cajeros; tiene que ver con la posibilidad que el cajero automático da para que los delincuentes puedan exprimir directamente a la víctima”, añadió el ex fiscal capitalino.

Max Morales indicó que los secuestros exprés son los más comunes porque en pocas horas los delincuentes pueden obtener hasta 15 mil pesos con una víctima a la que le ordeñan sus tarjetas bancarias.

En la mañana las víctimas son principalmente mujeres que salen a trabajar; se cometen sobre todo a bordo de taxis tolerados. A mediodía lo padecen generalmente personas de la tercera edad, cuando acuden a realizar pagos. Por la tarde es común que las víctimas sean de clase media y media alta que abordan taxis. En la noche los más afectados son empleados que regresan a sus hogares, indicó el experto.

Los minisecuestros, agregó, son otra modalidad ligada más a la delincuencia organizada. Fue utilizada hace más de dos décadas por bandas como las que encabezaron Daniel Arizmendi, El Mochaorejas, y Andrés Caletri, quienes enfrentan un cúmulo de sentencias que suman más de cien años de prisión, por lo que se encuentran en un penal de máxima seguridad.

“Aquí la exigencia de los secuestradores no es de mucho dinero para las familias de las víctimas; se conforman con 10 mil o 20 mil pesos, aunque llegan a acordarse rescates hasta de 100 mil pesos; la idea de los delincuentes es salir rápido de la situación y no estudian a sus víctimas”, indicó el investigador.

De su lado, el doctor en derecho Salvador Cosío Gaona explicó que el fenómeno de los minisecuestros “ha impactado a un segmento importante de la clase media, a esa gente que tiene un negocio de barrio, un pequeño changarro; y aquí, estadísticas no oficiales nos dicen que de cada cinco empresarios secuestrados, dos no regresan a su casa, pues son ejecutados por las bandas delictivas”.

 
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