■ La presentación, en el Lunario, dentro de la 17 conferencia internacional sobre la pademia

Retratan en tres obras la valentía de mujeres latinas con VIH/sida

■ Ynisiquieralloraré, testimonios de niñas y adolescentes infectadas

■ Código de vida, devedé y cedé que narran la historia de la ICW regional

■ Pablo Milanés, Julieta Venegas y Eugenia León, entre otros artistas, colaboraron en un álbum musical, donde brindan mensajes entre cada tema

Tania Molina Ramírez

No suele ocurrir que una presentación de un libro termine con todos, público y presentadores, de pie, agarrados de las manos y balanceándose de un lado a otro, algunos con ojos vidriosos.

Pero si se trata de dos obras sobre la situación de mujeres y niñas que viven con VIH, se entiende. Sin embargo, no se vaya con la finta: no eran lágrimas de autocompasión o estilo únete-a-los-optimistas. No, estaban reunidas mujeres valientes que decidieron organizarse ante la falta de espacios, y que ahora conforman una fundamental red internacional en la lucha por los derechos de ellas, que viven con VIH: la Comunidad Internacional de Mujeres Viviendo con VIH/sida (ICW, por sus siglas en inglés).

La presentación de Ynisiquieralloré, testimonios de niñas y adolescentes latinoamericanas viviendo con VIH/sida, y del libro y devedé Código de vida, que narra la historia de la ICW Latina, además del cedé Mujeres por la vida, llevada a cabo este jueves en el Lunario, se realizó como una de las actividades paralelas a la 17 Conferencia Internacional sobre VIH/vida, de la cual la ICW es cocoordinadora.

“Como si no tuviera nada”

La hondureña Keren Dunaway-González, de 12 años, quien domina el escenario después de haber participado en tantas reuniones, era muestra perfecta del ánimo que prevalecía: se notaba que esta pequeña mujer, que vive con VIH desde su nacimiento, no está derrotada y se siente acompañada.

El testimonio de Keren está incluido en el libro Ynisiquieralloré, elaborado por la ICW Latina y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés).

En la obra, las pequeñas hablan con frescura, franqueza y, a veces, hasta con humor negro, como Keren, quien acompañaba a su prima mientras la enseñaban a conducir y le decía: “¡Pon bien el carro, no quiero un accidente, no quiero morir tan joven, jajaja!” También está presente, claro, la discriminación. La hondureña Angelical, de 10 años, cuenta: “No quiero decir que tengo ‘eso’ porque no me van a querer como ahora. Este secreto lo voy a tener para toda la vida”. Otra niña describe cómo no la aceptaban en el kínder.

La mayoría de las retratadas son huérfanas (sus padres eran portadores de VIH) y viven con sus abuelos o, en el caso de una, en una casa de monjas (donde no está nada a gusto).

Las 14 que dieron su testimonio dijeron que no se sienten como una persona enferma, y comentaron: “Algunas veces ni me acuerdo”, “parece que no tuviera nada”, “hay que seguir adelante, la vida sigue”.

Feminización y niñez

Durante la conferencia internacional se enfatizó la “feminización” del VIH/sida. O sea, cada vez hay más mujeres que viven con el virus.

Además, Vivian López, representante de Unicef, destacó que en la conferencia hubo un número sin precedente de ponencias y presentaciones relacionadas con la niñez.

Xiomara Castro de Zelaya, esposa del mandatario de Honduras y presidenta de la Coalición de Primeras Damas y Mujeres Líderes de América Latina sobre Mujer y sida, contó que se involucró en el tema cuando “comprendí que las mujeres son las más vulnerables, invisibles, y quienes pagan el costo”. Y que cuando habló con Patricia Pérez, secretaria regional de la ICW para América Latina y el Caribe, comprendió que lo que buscaban era espacios, no compasión.

Tiempo después, Castro de Zelaya postuló a Pérez para el Premio Nobel de la Paz.

En el cedé Mujeres por la vida participan, entre otros, Rubén Blades, Julieta Venegas, Pablo Milanés, Eugenia León, Tania Libertad y Luis Enrique Mejía Godoy. Intercalados, entre cada canción, se escuchan mensajes de los artistas.

Al final, se proyectó el devedé que acompaña el libro Código de vida. En una parte, diversos artistas cantan el himno de la ICW. Ahí fue cuando la gente comenzó a pararse y a tomarse de las manos.