■ Les permiten salir de Gaza para atenderse a cambio de información, denuncia ONG médica
La inteligencia israelí presiona a palestinos enfermos para que hagan trabajo de espías
■ “El Estado soberano tiene derecho a determinar quién cruza su puerta”, justifica Tel Aviv
Ampliar la imagen La estadunidense Hedy Epstein, sobreviviente del Holocausto, es parte de un grupo de activistas que planea salir en estos días de Chipre y llegar en un bote a Gaza, en un intento por romper el asedio israelí a ese territorio palestino. La imagen fue captada ayer en Nicosia Foto: Reuters
Ampliar la imagen El periodista palestino Bassam Wahidi, de 28 años, perdió la vista del ojo derecho por no recibir atención médica al negarse a ser informante de la inteligencia israelí Foto: Ap
Gaza, 4 de agosto. La inteligencia israelí presiona a palestinos enfermos de gravedad para que den información sobre militantes y otros asuntos a cambio de recibir permiso de salir de Gaza para recibir tratamiento médico.
La agencia de espionaje interno israelí, Shin Bet, tiene un papel cada vez más importante en decidir si se debe permitir a los pacientes acudir a citas en hospitales de Israel o en Cisjordania, revela un nuevo informe de Médicos por los Derechos Humanos (MDH).
El organismo no gubernamental ha recogido testimonios de más de 30 pacientes de enfermedades graves, como el cáncer, que describen la presión a la que son sometidos por interrogadores en la terminal de Erez, entre Israel y Gaza. Un hombre de 38 años, quien debe acudir a tratamiento en el hospital Ichilov de Tel Aviv, cuenta que le dijeron: “Tienes cáncer y se te va a extender al cerebro. Si no nos ayudas, espera hasta que se abra Rafah (la salida hacia Egipto, que rara vez se abre).”
El informe, que acusa a Shin Bet de “coerción” y “extorsión” de pacientes, destaca que se ha elevado la proporción de personas a quienes se niega permiso de entrar a Israel para recibir tratamiento desde que Hamas tomó el poder en Gaza, en junio de 2007.
Este incremento de negativas, de 10 por ciento en la primera mitad de 2007 a 35 por ciento en el mismo periodo de 2008, coincidió con lo que según MDH son crecientes restricciones en el abastecimiento de repuestos para equipo médico, combustible y electricidad, como parte de un bloqueo de todos los suministros, excepto los de carácter humanitario. Por eso se ha incrementado el número de pacientes que deben atenderse fuera de Gaza.
Según Shin Bet, el objetivo de los interrogatorios es estimar el grado de peligro que puede representar el solicitante. “En la práctica –añade MDH–, la agencia recaba información sobre lo que llama asuntos de seguridad.”
La mayoría de quienes han testificado rehusaron dar su nombre por miedo de poner en riesgo cualquier posibilidad que les quede de recibir tratamiento fuera de Gaza. Pero uno que sí se identificó, el periodista Bassam Wahidi, de 28 años, señaló que en agosto de 2007 lo retuvieron seis horas en Erez para interrogarlo, por lo que perdió la cita que tenía en el hospital de San Juan, en el este de Jerusalén, para salvar la vista de su ojo derecho por daño en la retina.
Dijo que al llegar al lado israelí lo llevaron a un cuarto de interrogatorios, donde un hombre que hablaba perfecto árabe se presentó como Moshe. “Quiero que me hagas un favor –le dijo Moshe–. Voy a hablar con los meros jefes de las fuerzas de defensa israelí para decirles que eres un buen tipo y que tenemos que ayudarte.”
Luego le pidió usar su puesto de periodista para ir a las zonas fronterizas y ver quién lanzaba cohetes y dónde, y asistir a conferencias de prensa de las alas militares de facciones palestinas. Le darían un chip móvil israelí y le pedirían llamar a cierto número para dar información. Después de un periodo de prueba de 10 días le autorizarían ir a Erez sin necesidad de permiso para ser atendido en el hospital Ichilov; Moshe dio a entender que también le darían ayuda económica y de otro tipo.
Wahidi –quien ya había recibido permiso de salida– dijo que se negó a cooperar y que acudiría a organismos de derechos humanos, a la Cruz Roja y a la prensa. Afirma que Moshe, quien antes dijo que estaba perdiendo la paciencia, echó a reír y añadió: “Esas palabras que dices no existen en el diccionario de las fuerzas armadas”. El periodista le dijo entonces que lo detuviera o le permitiera ir a recibir su tratamiento, a lo cual el otro replicó: “Te voy a mandar de vuelta a Gaza para que vivas ciego el resto de tu vida, por estúpido”.
Desde entonces no ha podido recibir tratamiento. Dice que perdió la vista del ojo derecho y necesita atención urgente para salvar el izquierdo; hace un mes los médicos le prohibieron leer o escribir para aliviar la presión sobre el ojo que le queda.
En una respuesta al informe, el órgano militar responsable de la coordinación de actividades en los territorios autónomos contestó que ha habido un fuerte incremento en ataques y en intentos de militantes palestinos de infiltrarse a través del cruce de Erez. Añadió que el número de quienes salen de Gaza a recibir tratamiento médico se elevó de 8 mil 325 a 15 mil 148 en 2007. Afirmó que la Suprema Corte ha decretado que “el Estado soberano tiene el derecho de determinar quién cruza su puerta” y que “la discrecionalidad concedida a las autoridades es muy amplia”.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya