■ Se arriesga el reconocimiento debido al triunfalismo y la falta de un proyecto claro
Peligra el prestigio del Tri por la locura del éxito, advierte Menotti
■ México ya tiene un lugar en el balompié mundial y debería dedicarse a consolidarlo, explicó
■ Ha decaído la calidad del futbol en el orbe porque se anteponen los intereses de negocios, dijo
Ampliar la imagen “No cuestiono la designación de Eriksson, pero ¿cuál es su proyecto?”, reflexionó El Flaco Menotti Foto: Notimex
México ya se ganó un lugar en el futbol mundial y debería dedicarse a consolidarlo, no entrar en la locura del éxito que significa un riesgo demasiado grande, alertó César Luis Menotti, entrenador argentino señalado como el artífice del primer gran cambio en la selección tricolor.
“Estoy escuchando y leyendo cosas de mucho optimismo, sectores dirigentes diciendo ‘tenemos que ser campeones del mundo’, y hay que tener cuidado”, afirmó el estratega en diálogo con La Jornada. Porque “el futbol mexicano tiene un estilo y un reconocimiento, pero ahora esto de soñar de que porque los tenemos nos arriesgamos a perderlos por la locura del éxito de cualquier manera puede traer consecuencias muy graves, por ahí nos quedamos sin el título ni el reconocimiento”.
Se necesita “ser muy cuidadosos y no pensar que si no somos monarcas mundiales no somos nada, porque campeón va a ser uno solo”, expresó antes de prevenir que del máximo torneo se puede regresar “con el orgullo intacto o desde el ridículo, hay equipos que pierden y vuelven desde el ridículo, y a México eso no le ha pasado nunca”.
En opinión del Flaco, el triunfalismo discursivo y la vista puesta en el corto plazo pueden ser traicioneros, e incluso hacer que este país pierda el lugar que ya consiguió en el mundo del balompié.
Sin rodeos, aludió a la designación del sueco Sven-Goran Eriksson al frente del Tri, en quien se tienen puestas esperanzas de grandes cambios. El argentino no objetó la figura de su colega, pero remarcó en que de inicio no logró vislumbrar las ideas del timonel ni de la Federación Mexicana de Futbol.
“No cuestiono la designación de Eriksson, simplemente pregunto: ¿cuál es el proyecto?, porque si es traer un entrenador creyendo que México va a ser campeón por él... si lo contratan por la urgencia del éxito, esto no garantiza absolutamente nada. Eriksson es un entrenador reconocido, pero con una experiencia en Europa. No conozco cuál es su proyecto, no entiendo si hay un proyecto”, sostuvo.
En su opinión, el crecimiento necesita de un plan a corto, mediano y largo plazos que incluya un equipo de trabajo y la integración de otros entrenadores de la escena nacional, “una idea que se debata y se vaya construyendo”. Así se podría “fortificar una evolución en los jóvenes; es decir, un futbol que permita a México solidificar el lugar que ocupa y no andar trastabillando después”.
Consecuencia lógica
El débil paso que llevaba el Tricolor, con juego inconstante tras la eliminación en el preolímpico, deriva del proceso de transición, que juzga un tanto “incoherente” por cambiar “tres o cuatro” entrenadores en un año.
“Me parece que esta medida de traer a Eriksson se tendría que haber tomado cuando él tenga los tiempos que corresponden para prepararse y jugar las eliminatorias, que ya las tiene encima. Estos cambios así producen gran incertidumbre en los futbolistas”, apuntó Menotti, y defendió a Jesús Ramírez (buen entrenador, pero sabía que se iba) y a sus pupilos (quienes no tenían un referente claro). “Imagínate, una sinfónica que no sabe quién es el director ni cuál es la idea, y además se hacen partidos internacionales ante adversarios de primera línea: es peligroso”.
La suma complica “porque los tiempos del futbol no perdonan, un día de entrenamiento es más importante que nada; el futbol es ensayo y búsqueda, participación y diálogo”, concluyó con un pedido dirigido a quien corresponda: “hay que ser respetuosos. Más allá de equivocarse o no, sean transparentes, claros, y respeten el sentimiento de un país que ha respondido de manera increíble en cada participación que México ha tenido en cualquier lugar”.
El futbol según Menotti
“Cuando el tiempo de los grandes negocios se devora los tiempos del futbol estamos caminando sobre un terreno peligroso”, arrancó para referirse a la aplicación directa de la lógica mercantil sobre el balompié.
Recordó que antes la Liga de Campeones era sólo para los triunfadores, pero después se vislumbró el negocio y se incluyeron segundos, terceros, cuartos, y “bueno, también pongamos al Inter, al Real Madrid, al Barcelona y ponemos y ponemos. Resulta que hay un exceso, una cantidad increíble de partidos y también fechas FIFA que se manejan lejos de planes de desarrollo de preparación, más bien desde el mundo de los negocios. Ha crecido la cantidad y bajado terriblemente la calidad del espectáculo”, consideró El Flaco, para quien el futbol mundial naufraga hoy entre la sobrecarga de partidos (programados también para llenar horarios televisivos), la sobrexigencia física a los jugadores y el giro hacia el espectáculo, sobre todo en América Latina.
El nuestro “cada día me gusta menos, porque llegamos a instancias en que hasta Brasil reniega del juego, los equipos no tienen nada que ver con la historia del futbol brasileño ni con su estilo. En Europa hay lugares donde se puede ver buen juego, más atrevido y dinámico, como en Inglaterra; aquí es más para el show”.
–¿Qué sería para el show?
–Ponen chicas bailando, con faldas cortitas, y los jugadores pertenecen más al jet set que al futbol; pareciera que están más cerca de la revista social que de las deportivas. Y hablo más de Argentina: cuesta muchísimo encontrar a un futbolista que hable de futbol.
Con todo, opinó que el mundo del balón sigue siendo una trinchera a defender, porque antes que nada es un hecho cultural. “Es un lugar de apasionamiento, tristeza y alegría. Cuando juega una selección hay representatividad en los colores y un montón de cosas que hacen que uno se sienta feliz de ir a un estadio. Ha alcanzado una proyección popular que nadie se podía imaginar, desde los africanos hasta el país más pequeño del Caribe y la provincia más insólita de Argentina tienen en el futbol una representatividad que hace que nos juntemos y discutamos. No es muy fácil encontrar un lugar donde uno tenga garantizada la posibilidad de apasionarse”.
Lúdico, socialmente necesario y también opción para “los jóvenes que a lo mejor no han podido estudiar como se suponía, están lejos de ser músicos o pintores, y resulta que después artísticamente encuentran en el futbol un lugar donde expresarse”. En síntesis, el futbol es para Menotti un asunto que requiere la atención del Estado porque es “demasiado importante para que lo maneje cualquiera”.
Consultado sobre su elección de dirigir a Tecos, equipo vinculado con la derecha mexicana, Menotti respondió entre risas: “No sé cuál es el club que pertenece a la izquierda, en definitiva pertenecen a los grandes poderes económicos aquí y en cualquier lugar del mundo. Siempre he estado enfrentado con los poderes desde que nací; no tiene nada que ver: esto no es otra cosa más que futbol y si tengo que esperar a que aparezca un club con los sueños de cambiar la historia voy a morir sin verlo”.
En su filosofía, la opción es “tener un equipo que sea más de izquierda que de derecha, más representativo de la gente y que sepa del compromiso cuando van a salir a la cancha, porque hay personas que trabajan 20 horas para ir a verlo.”