■ Luisa Huertas y Martha Aura comparten sus experiencias con el público en Conociendo a...
“Los medios de comunicación son una tristísima experiencia”
■ “Qué lástima que las personas ahora se diviertan espiando a otras”
■ Las actrices coincidieron en que se sufre gozosamente, porque cada personaje significa un reto
“El machismo imperante en el país hace que a un hombre, como actor, le sea más difícil expresar sus sentimientos; lo primero que debe ser el actor es él mismo; tiene que conocerse para ser hombre. Ahora, a mí esas diferencias entre los mexicanos y las mexicanas, ¡eso es absolutamente foxista!, porque no existe en la lengua española, pues somos un género; no me agrada. Tenemos diferencias biológicas, eso sí”, expresó la actriz Luisa Huertas, quien sostuvo una charla con su colega Martha Aura dentro del ciclo Conociendo a…
La cita fue en el teatro de la Danza del Centro Cultural, la noche del pasado miércoles. Aura acotó que hay muy buenas actrices que no son madres. Huertas: “El actor tiene que ser como un bebé: abierto, sin prejuicios, para darse al personaje”. Ambas afirmaron que sí debe hallarse un compañero de la vida que acepte el ritmo de trabajo de una actriz. “Tienen que ser hombres muy tolerantes y cultos, pues la profesión de actor no prevé horarios”, adujo Huertas.
El sitio estaba lleno y las experiencias histriónicas de las actrices, contadas con jocosidad, despertaron en los asistentes un ánimo crítico por la que consideraron una pobre oferta en los medios de comunicación, sobre todo en la televisión.
“El hombre no se atreve a expresar sus sentimientos”
Moderó la charla el escritor Miguel Ángel Quemain, quien preguntó si ser mujer influye en el hecho de dedicarse al teatro. Aura expuso que hay una diferencia en tanto seres humanos. “Ellos interpretan equis personaje… sí hay una diferencia, en general, y en este país somos muchísimas más actrices que actores. ¿Por qué? La lista de buenas actrices es mucho más larga que la de actores de calidad. El hombre en México tiene mucho miedo, mucha preocupación y no se atreve a expresar sus sentimientos; por eso quizá le cuesta más trabajo sacar esa verdad. Eso es lo que veo.”
Durante dos horas compartieron sus puntos de vista sobre su oficio apasionante, en medio de risas y aplausos. Debido a su profesionalismo, su cariño por la actuación, el ambiente se calentó y varias personas del público se quejaron del bajo nivel de los actores en los medios masivos de comunicación, sobre todo en la televisión.
Luisa Huertas comentó que “han ido desapareciendo las secciones de cultura en los periódicos. Las de espectáculos cada vez son más gordas, contando todos los chismes y las estupideces, de quién se acostó con quién. De pronto, si llamas a un conocido programa de radio para que te ayuden a promover un curso de teatro, te preguntan: ¿hay algún escándalo? No. ¡Ah!, entonces no me interesa. ¡Así!
“Los medios masivos de comunicación, salvo honrosas excepciones, sobre todo a partir de Big Brother, son una tristísima experiencia. Qué lástima que las personas ahora se diviertan espiando a otras.”
Ser actor significa vivir totalmente para la profesión o para el teatro; es como respirar, afirmó Huertas. Para Aura, representar cada personaje es meterse en el alma de éste y ser él por el número de funciones que dure una obra.
Experimentadas, son dos de las grandes de la escena en México, dos maestras y dos estilos completamente diferentes. Para Huertas, la actuación es mucho más que la forma de utilizar el cuerpo, la mirada, la voz, o una manera de caminar sobre el escenario. Es fuerza, emoción y carácter. “Es el embrujo del que surgen las historias y la esencia de la interpretación”, dijo. Ella ha sido mil mujeres.
Sus primeros pasos profesionales fueron en la Escuela de Arte Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes y en el Centro Universitario de Teatro (CUT-UNAM). Ha sido docente durante 25 años y es fundadora y directora del Centro de Estudios para el Uso de la Voz.
Más de 40 años de trayectoria
Martha cuenta con más de 40 años de trayectoria, en los cuales ha participado en 84 puestas en escena, con la dirección de los maestros de teatro más importantes y exigentes, como Luis de Tavira, Germán Castillo, Javier Rojas... “Me enseñaron un camino: es el suyo”, dijo. Los géneros en los que se ha desenvuelto son diversos: clásico, infantil, comedia o drama.
“Siento el personaje hasta que estoy ahí, vestida”, añadió. Huertas intervino: “Coincido con Martha: en cada montaje, en cada director y en cada compañero, hay un aprendizaje. El momento de conciencia creativa es en el teatro. Se sufre gozosamente, porque cada personaje es un reto. Se va trabajando hasta que llega ese día en que uno ya es el otro, pero sigue siendo un misterio. Fue en 1986 cuando empecé a comprender más conscientemente qué es crear un personaje.”
Aura señaló que actuar cada personaje le ha dejado un conocimiento más profundo del ser humano y de la vida. “Eso creo. Hice una Antígona, al igual que Luisa.” Esta dijo: “¡Te enamoras del personaje, lo defiendes, lo haces tuyo, lo consientes! Algo maravilloso es retomar el personaje que ya haz hecho.”
Aura lamentó que actualmente las obras de teatro duren poco en cartelera. “Me acuerdo de La mujer rota, que hice durante 12 años. Cada función era diferente y desde que entras al escenario sabes si el público va a ser tuyo o no. A veces es muy sedita.”
Criticaron que no haya espacios en los medios para los críticos de teatro. “Ni hay críticos –precisó Aura–, salvo loables excepciones.” Huertas: “Cuando Víctor Hugo Rascón Banda fue recibido como miembro de número en la Academia de la Lengua, hace menos de un mes, se hablaba de eso: que se considera al teatro como un quién sabe qué, como un híbrido, como un patito feo, porque no es poesía, no es novela, no es ensayo, no es ciencia; es como un arte menor dentro de la literatura y a veces ni siquiera eso.”
La charla terminó con un recuerdo y un aplauso para Alejandro Aura, poeta que falleció el pasado martes.