La educación sexual, toral en declaratoria de AL y el Caribe
Con ligeras dificultades avanzaba anoche la redacción de la declaratoria que hoy aprobarán los ministros de Salud y Educación de Latinoamérica y el Caribe, en la que se plantea el compromiso de impulsar la educación sexual desde la infancia.
La declaración ministerial Prevenir con educación, puesta a consideración de los representantes de los países de la región, plantea compromisos sobre prevención de VIH en niños y adolescentes, mediante mensajes que se emitan desde los ámbitos educativos y de atención en salud.
Contrario a lo que se esperaba, que ciertas naciones rechazaran la inclusión de algunos de los términos del documento, como el de sexualidad, la discusión estaba concentrada en la forma de plantear las cuestiones que tienen que ver con la orientación sexual.
Lo anterior, porque en algunas naciones está penalizado cualquier comportamiento diferente al heterosexual. Todavía anoche se exploraban alternativas de solución, como la sustitución de “orientación sexual” por “diversidad sexual”, entre otras. Aun así, comentaron algunos de los asistentes a la reunión técnica, el ambiente era muy positivo, porque había acuerdo en la necesidad de impulsar la educación sexual como la principal alternativa para detener la epidemia de VIH/sida, y a la luz de la información obtenida en el diagnóstico regional elaborado por el Instituto Nacional de Salud Pública sobre la escasa utilización que se ha dado a esta herramienta en la región.
Otro de los inconvenientes que algunos de los representantes de países señalaron tiene que ver con la forma en que se podría incluir a la familia entre los actores clave de la educación sexual, así como el acceso de los jóvenes a los servicios de salud reproductiva, dadas las restricciones legales de algunos lugares.
Y es que tampoco existe un mecanismo formal de interacción entre las áreas de salud y educación. Así que lo primero es crear este vínculo para luego enlazarlo con la comunidad y la familia.
El resto del proyecto obtuvo el consenso de los participantes y se comprometieron a que en 2015 se haya incrementado 75 por ciento la educación integral en sexualidad, y 50 por ciento la cobertura de servicios de salud reproductiva.