■ Exportadores agrícolas se enfrentan a protectores de la agricultura familiar, como India
Nuevas fracturas en la OMC, ahora entre países en desarrollo
■ El grupo África-Caribe-Pacífico amenaza con bloquear negociaciones de la ronda de Doha si la Unión Europea recorta aranceles a importaciones de banano procedentes de América Latina
Ampliar la imagen Manifestación de protesta en Manila, frente al palacio presidencial, en contra de las políticas proteccionistas de los países ricos, que se evidenciaron en la reunión de la OMC celebrada en Ginebra Foto: Ap
Ginebra, 27 de julio. Las negociaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC), polarizadas hasta ahora entre países ricos y emergentes, se toparon el domingo, en su fase final, con nuevos obstáculos por serias desavenencias entre países en desarrollo.
Dos líneas de fractura se ensancharon peligrosamente en estas batallas de pobres contra pobres. La primera opone a países con economías fuertemente dependientes de sus exportaciones agrícolas –como Uruguay y Paraguay– a otros, encabezados por India, temerosos de que una oleada de importaciones destruya una agricultura familiar que da de comer a millones de personas.
El otro frente lo abrió el grupo África-Caribe-Pacífico (ACP), al amenazar con bloquear todas las negociaciones de la ronda de Doha de la OMC si la Unión Europea (UE) firma un acuerdo que recorta los aranceles a las importaciones de banano de procedencia latinoamericana.
En el primer expediente, la manzana de la discordia es una medida propuesta por India, a través del Mecanismo de Salvaguardia Especial (MSE), que permitiría a India y otros países subir sus aranceles en caso de fuerte crecimiento de las importaciones o de caídas bruscas de precios de ciertos productos agrícolas.
El MSE fue cuestionado tanto por países en desarrollo –como Uruguay, Paraguay, Chile y Costa Rica–, como por desarrollados como Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos. Uruguay y Paraguay advirtieron que el MSE “puede convertirse en un obstáculo insuperable para el éxito” de la ronda de Doha.
En el proyecto inicial, ya cuestionado, el MSE podía desencadenarse en caso de comprobarse un aumento de 40 por ciento de las importaciones de un producto. Pero lo que acabó por exasperar a muchos participantes en la reunión ministerial de unos 35 países el domingo por la noche, fue el planteamiento de India –apoyado por grupos de países defensivos en el frente agrícola– de rebajar el precio a 10 por ciento de aumento de las importaciones.
Esa postura veló las esperanzas de acuerdo en la ronda de Doha, que se habían vislumbrado el viernes cuando el director de la OMC, Pascal Lamy, presentó propuestas para conciliar los intereses de los exportadores agrícolas del sur y los exportadores de productos industriales del norte.
Uruguay rechaza tajantemente las propuestas de India para proteger sus mercados agrícolas, que se han convertido en uno de los mayores obstáculos a una conclusión exitosa de las negociaciones multilaterales de comercio, afirmó el embajador uruguayo en Ginebra, Guillermo Valles. Cuestionó la pretensión de India de imponer precios excesivamente bajos para desencadenar un MSE, que permitiría subir aranceles en caso de fuerte crecimiento de las importaciones o de una caída brusca de precios de ciertos productos agrícolas.
Valles sostuvo que la actitud de India amenaza la aprobación del paquete propuesto el viernes por el director general de la OMC para salvar la ronda de Doha.
“Parecería que algunos miembros (de la OMC) quisieran rehacer el paquete (de Lamy), que veíamos como un puente al éxito de estas negociaciones. Y quieren rehacerlo empezando por el MSE y, dentro del MSE, por tirar abajo los gatillos que estaban propuestos”, afirmó el diplomático.
Al respecto, la representante de Comercio de Estados Unidos, Susan Schwab, lamentó que “un puñado de países emergentes” comprometan el “delicado equilibrio” que en los recientes días había permitido avanzar en la ronda de Doha, tras la presentación del paquete de Lamy.
“El viernes se abría para un desenlace exitoso; no era perfecto, pero era delicadamente equilibrado y contaba con un fuerte respaldo”, dijo Schwab, tras una reunión de ministros de 35 países que desde el lunes pasado tratan de destrabar las negociaciones de la OMC. “Desafortunadamente, un puñado de mercados emergentes decidieron replantear las cosas. En un equilibrio tan delicado, cuando se tira de un hilo se deshace todo. La perspectiva es preocupante”, advirtió Schwab.
Los grupos que defienden el MSE alegaron, en cambio, en un documento, que esas salvaguardias “están en el corazón de los resultados de la ronda de Doha en materia de desarrollo, porque envuelven las preocupaciones sobre la seguridad alimentaria y el desarrollo rural”.
Banano, otra disputa
El otro tema que amenaza con hacer fracasar las negociaciones es el de la guerra del banano. En una medida para finalizar las diferencias, la Unión Europea y los exportadores de América Latina acordaron el domingo recortar el derecho de importación de la UE a 114 euros (179 dólares) la tonelada, en un plazo escalonado hasta 2016. Pero los países del grupo Africa-Caribe-Pacífico, cuyos bananos están exonerados de aranceles en Europa, consideran inaceptable ese acuerdo e hicieron una contrapropuesta, al pedir mayores plazos para adaptar su producción a la competencia. Para mostrar su determinación, amenazaron con convertirse en los sepultureros de la ronda de Doha.
“Bloquearemos la negociación si nuestra última contrapropuesta no es aceptada”, dijo el ministro camerunés de Comercio, Luc Magloire Mbarga Atangana.