Palabras en el silencio de la muerte
El autor holandés Cees Note-boom escribió su más reciente obra maestra, Perdido en el pa-raíso, luego de redactar un tratado monumental, que ahora llega a México: Tumbas de poetas y pensadores, con fotografías de Simone Sassen en un volumen de gran formato, papel de lujo y contenido extraordinario. Una reflexión sobre la vida después de la muerte de los poetas y los grandes de las ideas en la historia.
¿Quién yace en la tumba de un poeta? Inicia sus notas Noteboom con esta interrogante provocadora y se responde así: “el poeta no, porque está muerto y el que está muerto ya no es nadie y, por tanto, tampoco está en su tumba”. De ahí proviene su primera conclusión, justo al inicio de su tratado: “las tumbas son ambiguas: conservan algo y no conservan nada”.
La mayoría de los muertos callan. Ya no dicen nada. Pero en el caso de los poetas y los pensadores la historia es diferente, infiere el holandés que visitó tumbas por todo el planeta para escribir este libro y preguntarse y responderse: “¿por qué visitamos la tumba de alguien a quien no hemos conocido en absoluto? Porque nos dice algo. Porque los poetas siguen hablando. Hablan también para quienes todavía no han nacido, para unas personas que aún no han vivido cuando ellos escriben lo que escriben”.
Fascinante de principio a fin, desde su portada que reproduce la tumba de Marcel Proust, el nuevo libro de Cees Noteboom lleva al lector de tumba en tumba sin dar tumbos. El paseo es vivaz, didáctico, reflexivo, celebratorio, nada solemne, siempre gozoso. Celebra la vida.
Porque por eso visitamos tumbas, porque espejean la vida.
Borges, Balzac, Joyce, Cortázar, Beckett, Bernhard, Drummond, Brodsky, Cervantes, Lawrence... la lista parece interminable porque el viaje nunca termina. Las reflexiones al pie de las tumbas que hace Noteboom, sus notas rápidas sobre las lápidas, sus apuntes a vuelo de ángel de tumba, conforman un vasto mural de reflexiones vitales.
En su obra maestra anterior, Perdido en el paraíso, Noteboom aborda con ironía sagaz el tema de los ángeles. Dice en la presentación de ese volumen que lo concibió enseguida de trabajar bajo pedido en un libro de ángeles de tumba, el que llega ahora a México y del cual presentamos algunas de las fotos de tumbas allí incluidas. Coincide con la convicción de Wim Wenders, que compartimos muchos, de que era una injusticia que hasta hace poco tiempo a los ángeles los habían confinado a los templos y a los cementerios. Si vemos bien, están aquí, allá y en todas partes.
Cuando se trata de tumbas, escribe ahora Notebooom, “todo es irracional. Llevamos flores a nadie, arrancamos los hierbajos para nadie y aquel por quien vamos no sabe que estamos allí. Sin embargo, lo hacemos. En algún rincón secreto de nuestro corazón albergamos la idea de que esa persona nos ve y se da cuenta de que seguimos pensando en ella. Pues eso es lo que queremos; queremos que los muertos reparen en nosotros, queremos que sepan que seguimos leyéndoles, porque ellos siguen hablándonos. Cuando nos hallamos al lado de sus tumbas, sus palabras nos envuelven. La persona ya no existe, pero las palabras y los pensamientos permanecen.
“Podemos al menos rememorar. Cada visita a la tumba de un poeta es una conversación en la cual la respuesta ya está ahí mucho antes que todo lo que nosotros mismos pudiéramos decir. Es una paradoja. Algo se ha dicho ya, pero sin que se haya formulado una pregunta. Hemos venido a dar nuestra aquiescencia, a estar cerca de las palabras que ya se han dicho. El que escribió esas palabras murió, pero las palabras mismas siguen viviendo. Podríamos pronunciarlas en voz alta, como si se las dijéramos a otros. Por eso vamos allí: para oír esas palabras en el silencio de la muerte y a pesar de la muerte.”
Hermoso libro, grandes tumbas, ideas monumentales.
Título: Tumbas de poetas y pensadores
Autor: Cees Nooteboom
Traducción: María Condor
Editorial: Siruela
Número de páginas: 263
Precio de lista: 1,070 pesos