■ El 19 de julio se cumplieron 20 años del concierto en Alemania Oriental
Analizan papel de Springsteen en la caída del muro de Berlín
■ El discurso del cantautor sólo dio mayor sentido a los sucesos: historiador
Ampliar la imagen Bruce Springsteen durante su concierto en Barcelona, dentro de la gira Magic Tour, el pasado 19 de julio Foto: Reuters
Berlín, 26 de julio. Cuando en 1988 Bruce Springsteen habló contra el muro de Berlín en el mayor concierto en la historia de Alemania Oriental, nadie entre las 160 mil personas presentes tenía la menor idea de que el símbolo de la guerra fría pronto sería historia.
Ahora, 20 años después de que la estrella del rock se presentara en la Alemania Democrática, los organizadores, historiadores y personas que lo vieron dicen que su mensaje llegó en una coyuntura crítica en la historia alemana previo al colapso del muro.
Springsteen, influyente cantautor, cuyas letras a menudo tratan sobre personas en situaciones difíciles, obtuvo, después de mucho tiempo, el permiso para presentarse en Berlín Oriental en 1988.
Aunque sus letras están llenas de emoción y política, Alemania Oriental le dio la bienvenida como a “un héroe de la clase trabajadora”. Los comunistas, sin darse cuenta, podrían haber creado un acto que hizo más por cambiar lo que fue esa región que lo que Woodstock hizo por Estados Unidos.
Molesto por la promoción de la presentación como un “Concierto por Nicaragua” que los líderes de la Alemania Oriental adosaron sobre su presentación del 19 de julio, Springsteen se detuvo en la mitad del espectáculo de tres horas para dar un breve discurso en un alemán con mucho acento: “Quiero decirles que no estoy aquí en favor o en contra de ningún gobierno”, dijo Springsteen, antes de presentar su interpretación de la balada de Bob Dylan Chimes of Freedom. “Vine a tocar rocanrol para los berlineses del este con la esperanza de que algún día todas las barreras se hayan derribado”, agregó.
Sus palabras alimentaron el descontento que aumentaba en Alemania Oriental y se agregaban al clima agitado en el país, separado de Occidente tras la Segunda Guerra Mundial, especialmente en la ciudad dividida por el muro, construido durante los momentos más oscuros de la guerra fría en 1961.
Sensación de libertad
Ronald Claus, organizador de la presentación dijo que los líderes de línea dura sólo a regañadientes respaldaron el plan del grupo juvenil FDJ del Partido Comunista para permitir la entrada a Springsteen.
Era una época de cambios provocados por las reformas de la perestroika del presidente soviético Mikhail Gorbachov.
“Obviamente no fue fácil, y tuvimos que pelear duro para obtener los permisos, pero finalmente lo logramos”, dijo en una entrevista Claus, ex líder del FDJ, ahora miembro del Parlamento. Los alemanes del Este, de línea dura, eran escépticos respecto de Gorbachov.
“Los superiores comprendieron que el rock era internacional, y que si Alemania Oriental quería hacer algo por mejorar la situación de los jóvenes, debíamos intentarlo”, agregó.
En cambio, el concierto al aire libre en un velódromo sólo pareció hacer que los alemanes del este anhelaran más las libertades sobre las que Springsteen cantaba y hablaba en un espectáculo también transmitido por televisión y radio.
“Estábamos interesados en abrir el país” al mundo, comentó Claus, de 53 años. “Nadie pensó que el muro desaparecería un año más tarde. Cualquiera en el este u Occidente que dijera eso habría sido considerado loco”, agregó.
Springsteen pronunció sus palabras en el corazón de Berlín Oriental, donde desde hacía mucho tiempo se retrataba a Estados Unidos como “enemigo de clase”, decadente y beligerante.
“El concierto y el discurso de Springsteen sin duda contribuyeron en un mayor sentido a los acontecimientos que terminaron en la caída del muro”, dijo Gerd Dietrich, historiador de la Universidad Humboldt de Berlín.
Dietrich, de 63 años, dijo que las esperanzas del Partido Comunista de que una pequeña muestra de Springsteen pudiese pacificar a los jóvenes fracasaron. Hubo, incluso, una crítica positiva por adelantado en el periódico Neues Deutschland: “Él ataca los males y las injusticias sociales de su patria.
“Pero no salió como se había planeado. Hizo que la gente deseara más el cambio. Los organizadores quisieron demostrar su apertura. Pero Springsteen generó mayor interés por Occidente. Mostró a la gente cuán aislada estaba”, agregó.
Cherno Jobatey, ahora conocido presentador de la televisión alemana, fue otro de los testigos del concierto de Springsteen, y realizó una crónica para el semanario de Alemania Federal Die Zeit.
Los líderes se asustaron
Jobatey, de 42 años, dijo que la multitud había explotado cuando Springsteen pidió que se tiraran las barreras. “Hubo un estruendoso aplauso de la multitud”, escribió entonces.
Jobatey dijo recientemente que era difícil saber si Springsteen había ayudado a desencadenar la sucesión de acontecimientos que condujeron a la caída del muro, 16 meses más tarde. Pero comentó que fue una noche mágica justo antes de que la agitación cobrara ímpetu.
“La música fue excelente; ofreció a la gente una experiencia, un estilo de vida y un mundo diferentes. Había una sensación increíble”, dijo Jobatey.
Claus, quien organizó el concierto, reconoció que hubo cierto caos, algo sorprendente en un país con un aparato de seguridad omnipresente y opresivo, cuando llegaron 160 mil personas a un recinto con capacidad para 120 mil. Tuvimos que sacar todas las barreras de contención por la gran cantidad de personas. Recurrimos al mejor instrumento que teníamos: la anarquía”, explicó.
Después de Springsteen hubo muchos otros artistas occidentales dispuestos a llegar a pesar de las modestas pagas. Las entradas para ver a The Boss costaban 20 marcos alemanes del este (aproximadamente un dólar).
Pero eso no sucedió. Para ese entonces, miles de alemanes del este huían hacia el oeste, hecho que condujo a la caída del muro, el 9 de noviembre de 1989.
“Estaba tratando de organizar un concierto en paralelo entre Oriente y Occidente con U2, en Berlín del este, y Duran Duran, en Berlín oeste, para agosto de 1989, pero ya no pude obtener la aprobación de los líderes. Tenían demasiado miedo”, agregó Claus.