■ El prácticamente desconocido grupo Mujaidines Indios se adjudica los bombazos
Atentados coordinados matan al menos a 29 personas en la ciudad de Ahmedabad
■ “Son una conspiración para desestabilizar al país”, denuncia el Ministerio del Interior de India
Ampliar la imagen Parientes de víctimas de los atentados explosivos con unas 16 bombas, ayer en el hospital de la ciudad del oeste de India Foto: Reuters
Nueva Delhi, 26 de julio. Al menos 29 personas fallecieron y más de 100 resultaron heridas este sábado a causa de la explosión coordinada de unas 16 bombas de baja intensidad en la ciudad india de Ahmedabad (oeste), una de las de mayor actividad comercial del país, anunciaron fuentes policiales.
Las detonaciones se produjeron en dos lapsos a lo largo de 90 minutos en diversos puntos de la ciudad, como el concurrido mercado de diamantes, un autobús, cruces de calles e incluso un hospital, donde más tarde fueron trasladados varios heridos.
El grupo Mujaidines Indios, prácticamente desconocido hasta ahora, reivindicó los ataques mediante un correo electrónico dirigido a medios locales, y explicó que su objetivo fue cobrar venganza por las víctimas de los múltiples enfrentamientos entre musulmanes e hindúes en esa región.
“Ustedes hirieron nuestros sentimientos y los perturbaron al arrestar, encarcelar y torturar a nuestros hermanos del Movimiento Islámico de Estudiantes de India”, afirmaron los mujaidines, quienes advirtieron que los próximos blancos serán altos empresarios y políticos.
En medio de un ambiente de enorme tensión, el representante del Ministerio del Interior, Sri Prakash Jaiswal, evaluó que los atentados de hoy son “una conspiración para desestabilizar al país”, y guardan mucha similitud con los ocurridos el pasado viernes en Bangalore (suroeste), donde dos personas resultaron muertas.
Elementos de los servicios de seguridad que pidieron el anonimato admitieron que los ataques estuvieron “bien coordinados”.
Las autoridades indias temen que este suceso desencadene otra vez una ola de violencia en la región, que ya ha sido escenario de fuertes choques interreligiosos.
En febrero de 2002, un grupo de activistas musulmanes le prendió fuego a un tren donde viajaban peregrinos hindúes, lo cual a su vez generó una serie de disturbios en donde perdieron la vida unas 3 mil personas, la mayoría de ellas musulmanes.