■ Se quedan sin prestaciones y servicio médico, señala Matteo Dean, investigador del Silas
Estadísticas del IMSS incluyen a empleados subcontratados que laboran sólo 15 días
■ Las cifras de ocupación pueden “inflarse” por los registros de empresas subcontratistas
Ampliar la imagen Maquiladora en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas Foto: Víctor M. Camacho
Con sus derechos laborales menoscabados, los mexicanos contratados por empresas que emplean personal para otras compañías son incluidos en las estadísticas de creación de empleos formales que el IMSS, la Secretaría del Trabajo y el INEGI dan a conocer periódicamente, aún cuando se trate de trabajos que llegan a durar quince días.
“Si uno toma como trabajo formal la inscripción al IMSS, efectivamente esas empresas que se dedican a contratar empleados para otras –conocido como trabajo terciario o outsourcing– hacen tal trámite, pero como son contratos de un mes y hasta de una quincena los trabajadores se quedan descubiertos. Entonces el problema es la discontinuidad de las prestaciones sociales y eso puede ser peor que no tenerlas”, aseveró Matteo Dean, investigador del Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (Cilas).
El gobierno federal pondera los miles de empleos formales creados cada mes –en el primer semestre de 2008 el acumulado fue de 265 mil 2002 puestos nuevos, según cifras del IMSS–, pero no precisa cuántos corresponden a contratos y prestaciones sociales discontinuos propios de las empresas que prestan servicios a terceros, “que es como no tenerlas porque los trabajadores contratados por una empresa para realizar servicios no pueden generar antigüedad laboral , obtener vacaciones, prima y diversos derechos laborales”, abundó el también colaborador de La Jornada.
Eso implica, reconoció el especialista, que las cifras de ocupación y empleo puedan “inflarse” por los registros de trabajadores de empresas terciarias aunque se trate de empleos formales frente a la ley, así sean de corto plazo.
Sin embargo, las únicas cifras oficiales sobre trabajadores terciarios que existen en México corresponden a una investigación realizada por el INEGI en 2004, donde se calculaba que 2.5 millones personas de la Población Económicamente Activa (PEA) laboraban en dichas circunstancias. La cifra, dijo, Matteo Dean, ya resultaba dudosa, pero es la única que se tiene hasta el momento y por el tiempo transcurrido se vuelve obsoleta.
Matteo Dean planteó que se requiere contar con estadísticas recientes del fenómeno, pero advirtió que “no se debe medir en términos de cantidad sino de calidad del empleo, porque no se trata de tener un trabajo ‘formal’ nada más, sino que sea digno y el outsourcing es la punta del iceberg de la precarización del empleo”, más aún cuando destacó que no han dejado de crecer las empresas que ofrecen estos servicios y la firma líder en el ramo, Manpower, presume que cada año coloca 600 mil trabajadores en diferentes empresas.
Aún así, consideró que comparado los trabajos que se ejercen en la informalidad, quienes laboran para empresas las empresas que se dedican a contratar empleados para terceros puede resultar preferible porque quedan “dentro del trabajo formal y tiene alguna prestación, y cuenta con recursos legales para inconformarse”, aunque pocos son quienes lo hacen.
El fenómeno crece, pero a pesar de que se han hecho esfuerzos gubernamentales y legislativos para detener la precarización del empleo –refirió que se han presentado unas 80 iniciativas al respecto en la presente década–, los problemas al respecto persisten y se agravan.
Una de las más recientes se refiere a modificaciones a la Ley del IMSS, para obligar a las empresas que contratan servicios de estas empresas terciarias a ser “responsables solidarias” en el pago de las cuotas del seguro social, iniciativa que ha motivado la alerta en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), cuyos integrantes se aprestan a evitar su aprobación en el Senado de la República, ya que en la Cámara de Diputados todos las fracciones votaron a favor.