Usted está aquí: sábado 26 de julio de 2008 Cultura México está en riesgo de perder valioso patrimonio precolombino

■ Permanece incautada en Alemania la Colección Patterson, de unas mil 800 piezas

México está en riesgo de perder valioso patrimonio precolombino

■ España es el único país que interpuso una denuncia por “contrabando”, adelanta Antonio Roma, fiscal del caso, a La Jornada

■ Al menos dos centenares serían mexicanas, asegura la policía

Armando G. Tejeda (Corresponsal)

Ampliar la imagen Una de las piezas prehispánicas que se presume pertenecen a México, cuyo gobierno no presentó la comisión rogatoria respectiva, como sí lo hicieron Perú y Guatemala, para reclamar la propiedad de parte de la colección Una de las piezas prehispánicas que se presume pertenecen a México, cuyo gobierno no presentó la comisión rogatoria respectiva, como sí lo hicieron Perú y Guatemala, para reclamar la propiedad de parte de la colección Foto: Cortesía Brigada del Patrimonio Histórico de la Policía Nacional española

Madrid, 25 de julio. Colección Patterson es el nombre de una exposición de piezas precolombinas que desató una de las historias más rocambolescas y oscuras en el tráfico de arte prehispánico.

En esta trama contrastan la presunta negligencia de algunos gobiernos latinoamericanos, de manera destacada el de México, con la celeridad y diligencia de la Policía Nacional española para proteger un “patrimonio cultural de incalculable valor”.

El grueso de las obras, actualmente en Alemania, está a expensas de un proceso judicial que podría determinar que pasaran a formar parte del Patrimonio Histórico español, al ser éste el único Estado que interpuso una denuncia por “contrabando” ante las autoridades judiciales alemanas.

La Colección Patterson responde al nombre de su presunto dueño, un personaje llamado Leonardo Patterson, de origen costarricense pero quien ostenta también la nacionalidad alemana, y se ha convertido en las recientes décadas en uno de los contrabandistas de arte prehispánico más huidizo e importante del mundo. Asimismo, tiene antecedentes penales en Suiza, por tráfico de animales exóticos y ha estado preso en Estados Unidos.

En 1997, gracias a sus contactos con el entonces presidente de Galicia, Manuel Fraga Iribarne, Patterson expuso en Santiago de Compostela una colección de más de mil 800 piezas, misma que pretendió vender al gobierno autonómico por más de 100 millones de euros.

Atados de manos

Gracias a la voz de alerta de una experta, la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional española inició las pesquisas y descubrió que las piezas expuestas podrían ser fruto del expolio y del saqueo, y que además las obras pertenecerían al patrimonio de numerosos países, como Perú, Ecuador, México, Argentina, Venezuela, Guatemala, El Salvador y Costa Rica, entre otros, como informó La Jornada, el pasado diciembre.

El propio Patterson guardó la colección íntegra en un almacén polvoriento de una empresa de mudanzas llamada Transportes Boquete, donde permaneció hasta “finales de febrero o principios de marzo” de este año –ni siquiera la policía sabe con certeza la fecha de su salida.

La colección, al no estar sujeta a intervención judicial y depositada en un domicilio privado de carácter comercial, salió de España sin ningún problema rumbo a Alemania, donde la policía germana la incautó en una revisión aduanal de rutina.

Antonio Roma, fiscal del caso, manifestó a La Jornada que ni él ni la policía pudieron hacer nada para evitar que la colección saliera de España, puesto que no había intervención judicial que prohibiera su libre circulación, entre otras cosas, porque los únicos países que presentaron las comisiones rogatorias pertinentes, con el inventario de las piezas de su propiedad anexado, fueron Perú y Guatemala.

“Las piezas salieron de España hace alrededor de tres meses: fueron todas excepto las que Perú había reclamado como suyas. Y salieron porque en principio no se había cometido ningún delito en España, aunque yo solicité al juez que se intervinieran las obras. No quiero cargar culpas a nadie, puesto que creo que el juzgado no podía hacer mucho más, sino que realmente lo único viable era intervenir las piezas que había pedido la justicia peruana”, explicó el fiscal del caso.

Esta idea la confirma Antonio Tenorio, jefe de la Brigada de Patrimonio Histórico, que reconoció que su equipo se sintió “atado de manos” ante la decisión judicial y la falta de iniciativa de los países implicados.

Patterson vive entre Alemania, Suiza y Costa Rica, donde tiene diferentes domicilios y se mueve con total libertad, una vez que a pesar de los numerosos indicios en su contra “ahora mismo ningún país ha demostrado nada contra él; se sabe y existe la leyenda de que es el responsable del tráfico de estas piezas, pero ni México ni ningún otro país, que yo sepa, puede probar que este personaje ha estado implicado en determinados casos. Por eso en estos momentos no es buscado por la policía”, explicó el agente español.

Juicio pendiente

En el complejo caso de la Colección Patterson, actualmente todos –tanto los gobiernos implicados, la policía española, la policía Internacional (Interpol), como los propios coleccionistas– permanecen a la expectativa de lo que resuelva la justicia alemana. Según pudo saber este periódico, las más de mil piezas –de las cuales se presume que más de dos centenares pertenecerían a México– siguen retenidas en la aduana gracias a la denuncia presentada por el Estado español, en Alemania, por el presunto delito de contrabando.

Antonio Roma lo explica así: “En septiembre podría haber novedades, pues lo que pretendo hacer como fiscal es formular un escrito de reclamación para que se haga un registro de las piezas y un estudio sobre su valor comercial con el objetivo de procurar traerlas a España y abrir un juicio para valorar si ha habido o no delito de contrabando.

“Esto permitiría, si el juez resuelve en favor, que las piezas pasen a formar parte del Patrimonio Histórico español, y una vez resuelto esto, ya serían los gobiernos los que necesitarían negociar la devolución de las piezas precolombinas.”

 
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