■ A 30 años del primer caso de éxito de fecundación in vitro
GB: expertos, preocupados por el “turismo reproductivo”
■ Muchas parejas viajan en busca de tratamientos baratos, lo que ha elevado el número de embarazos múltiples, peligrosos para mujeres y bebés
Londres, 25 de julio. Treinta años después de que médicos británicos lograran el nacimiento de Louise Brown, primera bebé concebida in vitro, expertos en fertilidad dicen que deben solucionar el problema del “turismo reproductivo”, que pone en peligro a mujeres y bebés.
Los vuelos baratos, la apertura de las fronteras y los rápidos avances médicos hicieron que en los años recientes muchas parejas con problemas de fertilidad buscaran tratamientos in vitro en países donde los costos son mucho menores.
El tema, según los expertos, es que sin un conjunto de estándares internacionales para ayudar a las personas a elegir un lugar seguro muchas parejas terminan asumiendo grandes riesgos en clínicas que podrían incumplir los requerimientos adecuados.
En algunos casos, parejas desesperadas pueden llegar a desconocer el origen de los huevos, o se producen embarazos con múltiples embriones, el mayor riesgo para la madre y el bebé durante la fertilización in vitro o VIF, dicen los investigadores.
“Los gobiernos, organizaciones de pacientes y médicos deben hacer campañas para advertir a los ciudadanos sobre los posibles peligros de los tratamientos en otros países e informarles las posibilidades que tienen”, dijo Guido Pennings, especialista en ética de la Universidad Ghent, de Bélgica.
Desde el 25 de julio de 1978, más de 3.5 millones de bebés nacieron en el mundo mediante técnicas de reproducción asistida, cuando los investigadores de la Universidad de Cambridge Robert Edwards y Patrick Steptoe practicaron una cesárea para dar a luz a Louise Brown, la primera bebé de probeta.
La mayoría de los tratamientos son realizados en mujeres de entre 30 y 39 años. Pero ese número está creciendo rápidamente porque las mujeres esperan cada vez más para tener hijos y los pasajes aéreos más baratos permiten que un mayor número de parejas busquen tratamientos en otras partes del mundo.
El tratamiento consiste en remover quirúrgicamente huevos de los ovarios de una mujer y combinarlos con el esperma en el laboratorio. Los médicos eligen los mejores embriones –generalmente uno o dos– y los implantan en el útero de la mujer.
Uniformidad en estándares
Europa ocupa el primer lugar en el número de procedimientos, seguido por Estados Unidos. Pero hay naciones que se están acercando y expertos europeos ven una tendencia de mujeres que regresan de tratamientos en otros países con embarazos múltiples.
Esto significa que las prácticas no son uniformes en toda Europa y que las medidas de seguridad vigentes en algunos países son restringidas o ilegales en otros.
Una diferencia importante se refiere a las reglas sobre el número máximo de embriones que pueden transferirse al útero de una mujer. En Gran Bretaña y Escandinavia sólo se permite uno o dos, pero otros países no tienen restricciones, lo cual aumenta el riesgo de tener mellizos o trillizos.
Al mismo tiempo, los altos costos en Europa Occidental lleva a muchas parejas a viajar al este del continente o más allá, donde pueden recibir el tratamiento por mucho menos dinero, dicen los expertos.