■ Al modificarse el marco tributario mejoró su situación financiera, asegura la dependencia

Hacienda: el desafío de Pemex no se vincula con su régimen fiscal

■ La petrolera enfrenta controles que le impiden operar de forma óptima, afirma

■ Eliminarlos liberaría recursos y daría rentabilidad

■ Flexibilizar disposiciones, pide su director general

Juan Antonio Zúñiga e Israel Rodríguez

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) manifestó ayer que “el desafío de Petróleos Mexicanos no tiene que ver con su régimen fiscal, sino con cuestiones de carácter operativo, capacidad de ejecución y rigidez regulatoria”.

A través de un inusual inserto en su informe semanal, la Secretaría de Hacienda presentó un breve recuento sobre la evolución del régimen fiscal de Pemex, en el que afirma que la situación financiera de la empresa petrolera ha mejorado con las más recientes modificaciones a su régimen tributario. Apunta, sin embargo, que “este organismo enfrenta todavía controles que le impiden operar todavía de manera óptima”, y sugiere que la superación de esos controles “liberaría una cantidad importante de recursos y daría rentabilidad a sus inversiones”.

En la misma sintonía, el director general de Pemex, Jesús Reyes Heroles González Garza, expuso que es necesario flexibilizar una serie de disposiciones administrativas que traban su desempeño, como por ejemplo las relacionadas con la obra pública, presupuestal, adquisiciones y deuda, así como fortalecer su gobierno corporativo.

Durante una visita a Tapachula, Chiapas, para anunciar la reubicación de la Terminal de Almacenamiento en esta ciudad, Heroles González Garza apuntó que la reforma para fortalecer a Pemex plantea cambios en diversos aspectos críticos de la operación y gestión de la paraestatal, entre las que destacan avanzar en la transparencia y rendición de cuentas de la empresa, así como una propuesta para una nueva modificación de su régimen fiscal para hacer viables sus operaciones en campos más costosos, como Chicontepec, aguas profundas y campos abandonados, entre otros.

Fortalecer a Pemex, dijo, permitiría a la petrolera nacional que amplíe sus operaciones y presencia en diversas regiones del país, lo que representaría un gran aliciente para el desarrollo regional, sobre todo en los estados del sureste.

Por su parte, Hacienda manifestó que “como consecuencia de los cambios al régimen fiscal de Pemex, desde 2006 este organismo registra un descenso en su carga fiscal y se espera que esta reducción sea cada vez mayor en los próximos años”.

La dependencia presenta en sus Reflexiones sobre la evolución del régimen fiscal de Pemex, una gráfica sobre la disminución esperada en la carga fiscal de la petrolera. Según esto, en 2006 el descenso habría sido de 9.8 por ciento, en 2007 de 9, y se esperaría que sea de 13.2 por ciento en 2008. En 2012 la reducción de la carga tributaria, “producto de los cambios en el régimen fiscal”, sería de 16 por ciento.El documento presenta una gráfica de barras, construida sobre la participación del gobierno federal y Pemex en los ingresos petroleros.

Según esto, en 1995 y 1996 el gobierno federal se quedó con 64.5 por ciento de los ingresos del petróleo; en 2000, al finalizar el gobierno presidido por Ernesto Zedillo, la participación gubernamental alcanzó 73.9 por ciento. En 2005, cuando se modificó el régimen fiscal de la petrolera, el gobierno se quedó con 74.5 por ciento de esos ingresos, la máxima participación en este gráfico. En 2007 la proporción había disminuido a 57.5 por ciento, y dice Hacienda que al finalizar 2008 descendería a 57.3 por ciento.

Pero los informes del Banco de México no corroboran las cifras. En diciembre de 2000, el pago de impuestos superó en 3 por ciento al ingreso total por ventas y otros obtenido por la empresa. En 2005, casi tres cuartas partes de los ingresos del petróleo fueron absorbidos por el pago de impuestos; en 2007 la proporción se redujo a 65 por ciento. Pero en mayo de 2008, casi 89 centavos de cada peso del ingreso corriente de Pemex fueron acaparados por el gobierno federal a través de la vía fiscal, según los informes del Banco de México.