Usted está aquí: sábado 19 de julio de 2008 Espectáculos Surge Emo; desmitificar la escena con información, su objetivo

■ La revista se encuentra en puestos de revistas desde ayer

Surge Emo; desmitificar la escena con información, su objetivo

■ Incluye artículos sobre los iconos del movimiento y sus antecedentes, así como reseñas de novelas y semblanzas de los grupos actuales

Martín Arceo S.

Ampliar la imagen Con la salida a la luz de los emos surgieron también dudas, prejuicios y desinformación. En la imagen, jóvenes emo en la glorieta del Metro Insurgentes Con la salida a la luz de los emos surgieron también dudas, prejuicios y desinformación. En la imagen, jóvenes emo en la glorieta del Metro Insurgentes Foto: María Luisa Severiano

“Cuando el fleco me cubre los ojos significa que estoy ignorando al mundo, es mi forma de evadir a la gente o decirle que no me importa lo que pasa con ellos o lo que hagan. A muchos nos cubre el fleco sólo un ojo y el otro está delineado. El ojo cubierto con el fleco es el mundo como lo ve el emo, y el ojo descubierto mira al mundo como los demás lo ven normalmente”, afirmó para la revista Emo –que salió a la venta ayer– un chavo de esa tribu urbana, cuya filosofía es actuar conforme a sus emociones y sentimientos.

Los emos, vestidos con pantalones de mezclilla entubados, camisetas negras o rayadas y con su peinado característico, saltaron a la luz pública en México a partir de que miembros de otras tribus urbanas pretendieron golpearlos en una plaza de Querétaro (La Jornada, 9/III/08). Días después, unos 200 emos se enfrentaron con punks en la glorieta del Metro Insurgentes en la ciudad de México, situación que finalmente amainó con la intervención de hare krishnas que calmaron los ánimos al interpretar música hindú (La Jornada, 16/III/08).

Daniel Rojas, director de la nueva publicación, de la empresa Vanguardia Editores, dijo en entrevista sobre el incidente: “Me llama la atención lo que pasó en Querétaro o el Metro Insurgentes, cuando se dijo que hubo un choque entre tribus urbanas, que darks y punks golpearon a emos. Pero lo que puedo ver es que los chavos que golpearon a emos no eran punks ni darks, y los que salieron golpeados probablemente tampoco eran emos, sino que el incidente fue, ante todo, resultado del desmadre. Percibo que los punks y los darks, por lo general, son respetuosos hacia otras tribus, y los emos también son, en su mayoría, gente muy tranquila, que sólo está en su espacio”.

La revista presenta artículos sobre los iconos emo, lo mismo perfiles de los grupos My Chemical Romance y 30 Seconds to Mars, una reseña de la novela El guardián en el centeno, de J.D. Salinger, a la que se reconoce como precedente de la escena emotiva, que semblanzas del actor Jared Leto, y del mismísimo Jack Skellington, el rey de La Tierra de Halloween, creación del cineasta Tim Burton.

Incluye asimismo el artículo Soy emo y mis padres no me aceptan.

“Seguramente habrá gente que busque Emo para conocer qué onda con el movimiento; en ese sentido pensamos cubrir también ese nicho, porque se han dicho muchas falacias de estos chavos, como que son homosexuales, que es una corriente musical nueva, siendo que la onda emo tiene más de 20 años, con raíces, incluso, en el punk”, comentó Rojas.

“Apenas nos damos cuenta de que los emos existen, a pesar de que en Estados Unidos su momento fuerte se dio en los años 90, mientras en México estábamos ocupados en otras ondas, como la música electrónica, mientras el emo estaba rezagado; entonces a nosotros nos llega la tercera hornada de músicos, con bandas como My Chemical Romance y Fall Out Boy. El movimiento ahora ya está muy posicionado mediáticamente y continuará existiendo, incluso si se le retiran los reflectores, porque hay chavos muy clavados en esto”, dijo.

La publicación no sólo pretende ofrecer al emo y a quienes los rodean información sobre su cultura y entretenimiento, que incluyen literatura, música, películas, ropa, cómics y videojuegos, sino también explicar y desmitificar a quien sigue al movimiento, al cual Rojas no considera efímero, por tanto ofrece un paralelo: “Hace diez años, cuando estuvo el boom del ska (fusión de la música negra estadunidense de la década de 1950 con ritmos caribeños), veías a sus aficionados en todos lados, en las tocadas; el tianguis de El Chopo estaba lleno de skatos; luego bajó el auge y se quedaron los que en realidad gustan del ska”.

 
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