■ Elena Cepeda y Julio Briseño manifiestan posiciones encontradas
Persisten las pugnas alrededor de la Filarmónica de la Ciudad de México
Fue una “vendeta personal”. Para el trombonista Julio Briseño no hay duda sobre las causas de su despido de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), a la cual ingresó en 1978 y en la que se desempeñaba como principal de sección desde abril de 1984.
Y es que, según el músico, la titular de la Secretaría de Cultura del DF, Elena Cepeda, carece de fundamentos legales para rescindir su contrato, como lo hizo el 4 de julio en pleno periodo vacacional de la agrupación.
Ante esa situación, Briseño anunció ayer que emprenderá acción legal contra esa instancia, además de planear movilizaciones en las que, sostuvo, contará con el apoyo de atrilistas de ésa y otras orquestas, así como de integrantes de la comunidad musical y artística.
Por su parte, en entrevista telefónica Elena Cepeda reiteró que el cese del trombonista en nada responde a una situación personal, sino a un proceso de reorganización y mejoramiento “para que terminen las problemáticas” en la filarmónica capitalina y ésta mejore, como ocurre en otras instancias de la secretaría.
Aseguró que la determinación de cesar al músico ocurrió luego de realizar una acuciosa consulta entre los integrantes de la orquesta y los directores huéspedes que han actuado este año, además de recibir asesoría legal.
“La opinión fue que debía terminar con ese ambiente que genera el maestro Briseño en la filarmónica”, sostuvo.
“No es un problema personal. La OFCM ha tenido muchos problemas por muchos años; a lo mejor he tomado decisiones que algunos otros funcionarios no se han atrevido. Tengo instrucciones del jefe de Gobierno de que la Secretaría funcione y en ello me enfoco”.
Puede haber más despidos
Apoyado por la dirigencia sindical de los grupos artísticos del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), adscritos a la delegación III-188, Briseño convocó este miércoles a conferencia de prensa en la que enlistó una serie de presuntas irregularidades jurídicas en las que incurrió Cepeda para rescindirle su contrato.
Entre otros aspectos, fue insistente en que la decisión de la funcionaria “es totalmente subjetiva”, debido a que presentó como argumentos la pérdida de la confianza y que el artista cometió “un abuso al derecho de la libertad de expresión” al enviar, con otros atrilistas, una carta al jefe de Gobierno en el que, según se asienta, hace imputaciones que la agravian en lo personal.
Para el trombonista, su cese va más allá de un acto de abuso de autoridad en contra de su persona. Lo considera un hecho que agravia y debe preocupar a los demás integrantes de la OFCM y la comunidad artística, porque es una política del “terror” que busca acallar las voces críticas dentro del arte.
Frente a ese panorama, la dirigencia sindical de los grupos artísticos del INBA anunció su respaldo a Briseño y adelantó que se trabaja para crear un sindicato dentro de la filarmónica.
Por su parte, Elena Cepeda procuró no confrontarse más con Briseño y sostuvo que para toda inconformidad y señalamiento que éste desee o tenga que hacer desde el punto de vista legal, hay instancias jurídicas a las que puede recurrir.
Tras aclarar que no habrá liquidación para el músico por haber sido un cese, la funcionaria no descartó más despidos en la orquesta: “Hay muchas irregularidades, entre ellas, por ejemplo, la de un músico que tiene contrato de tiempo completo con nosotros y el INBA, lo cual está prohibido”.