■ Agencias promueven a blancas de ojos azules; “las africanas ya no hacen soñar a nadie”, dicen
Retiran a modelos negras de las pasarelas para ganar mercados
■ En la alta costura de París había sólo una chica de color en todos los desfiles; no puede ser una tendencia, afirma Naomi Campbell
■ Estoy harto de rusas rubias, expresa Mario Lefranc
Ampliar la imagen Los desfiles de la temporada otoño-invierno 2008-2009 confirman la tendencia de desplazar a las mujeres de color. En la imagen Iwona (de 1.96 metros) luce una creación del diseñador alemán Torsten Amft, para promover la próxima Semana de la Moda de Berlín Foto: Reuters
Abuja, Nigeria, 15 de julio. Se llamaban Mounia, Naomi, Katoucha, Iman o Alek: reinas de las pasarelas desde los años 80, junto a sus colegas blancas, las modelos negras han desaparecido prácticamente de los desfiles de moda, excluidas por una ola de jóvenes beldades rubias venidas de Europa del este.
Pero, después de más de dos décadas en las pasarelas del mundo, una de estas supermodelos, la británica Naomi Campbell, se niega a retirarse porque aún hay muy pocas bellezas negras en la industria de la moda. Aunque muchas de sus colegas de finales de la década de 1980, como Cindy Crawford y Christy Turlington, han abandonado los desfiles, el icono de 38 años sigue atrayendo las miradas en los actos de más alto nivel del mundo de la moda.
Antes de los desfiles de alta costura para la temporada otoño-invierno 2008-09, que se realizaron en París, profesionales de la moda confirmaron esa tendencia. “Pedí a las agencias modelos negras para nuestro próximo desfile, pero no tienen”, dijo Mario Lefranc, de la firma Lefranc-Ferrant. “¡Estoy harto de rusas rubias!”, exclamó, antes de explicar que “evidentemente, están de moda las rubias de ojos azules”.
Invasión de chicas de Europa del este
“En este momento hay que hacer un esfuerzo. Las agencias no nos proponen modelos negras”, opinaron colaboradores del diseñador Jean-Paul Gaultier, quien ha promovido siempre la diversidad (de raza, pero también de edad y de corpulencia) en sus desfiles. Desde hace unos años “es una verdadera invasión de chicas de Europa del este, de esos cánones de belleza”.
La historiadora de la moda Lydia Kamitsis estimó que “en estos tiempos en que la diversidad es promovida y mucho más aceptada”, lo lógico sería que se reflejara en las pasarelas, pero ocurre “exactamente lo contrario”.
Hasta los años 60 “el ostracismo y el racismo estaban todavía muy presentes; había una especie de uniformidad y de preminencia de la raza blanca”, recordó la historiadora.
A mediados de los años 60 hubo una “ruptura radical”, que hizo que “se utilizaran modelos negras en primera plana de las revistas y también en los desfiles. Fue entonces un verdadero escándalo”. En esa época, creadores de moda como Yves Saint Laurent y Paco Rabanne fueron los primeros en hacer desfilar a mujeres de color.
En los años 80 hubo una “explosión de la diversidad, con modelos de todos las culturas, así como de todos los formatos”. Lamentablemente “eso desapareció progresivamente para regresar a esta uniformidad y esta preminencia blanca que vemos hoy”, señaló Kamitsis.
Desdibujamiento de la personalidad en pro del producto
En su opinión este fenómeno se debe a que “se está menos en una lógica de creación que en una de marcas, de productos”, que implica “una suerte de desdibujamiento de la personalidad de la modelo en beneficio del producto”.
Hubo periodos en que los creadores de moda tenían la voluntad de inscribirse en su sociedad, de representarla, de promover la diversidad, recordó. Diseñadores como Azzedine Alaïa y Jean-Paul Gaultier quisieron “romper el molde de los cánones de belleza”.
Pero en la actualidad, en cambio, “hay una tendencia general a fundirse en cierta uniformidad, una neutralidad”, porque el campo de acción de los diseñadores está “muy restringido por las estrategias de mercado” y la voluntad de no asumir ningún riesgo.
Además, “para la moda, los mercados llamados emergentes, como China y Rusia, o los países árabes, son sociedades que tienen fama de ser poco propensas a la mezcla cultural y la modelo blanca aparece sin duda como el mejor comodín para convencer a esas clientelas”, consideró.
“Hay que vender”, resumió Renée Dujac-Cassou, directora de la agencia de modelos Crystal. Y “lo que hoy hace soñar a la gente es la rubia de ojos azules. Es así de simple”, afirmó.
“La bella africana ya no hace soñar a nadie, como tampoco una princesa tibetana o una princesa china”, destacó.
Dujac-Cassou afirmó que por eso la proporción de modelos no blancas en las pasarelas “será siempre sumamente limitada”.
En Nigeria, donde se encuentra para colaborar en una serie de conciertos y desfiles de moda, que se trasladarán después a Washington y a Londres, y que aspiran a promover la música y la moda africanas, Naomi Campbell aseguró: “Estoy muy agradecida con mi carrera, pero me preocupo por las chicas que vienen detrás por las oportunidades que consiguen, así como la forma en que las tratan. Y ésa es una de las razones por las que aún hago mi trabajo”.
Campbell, que de adolescente fue la primera modelo negra en aparecer en las portadas de las ediciones francesa y británica de la revista Vogue, dijo que muchos diseñadores siguen prefiriendo modelos de piel clara.
“Ya no hago tantas presentaciones, pero sí cuento el número de chicas de color que utilizan en los desfiles. Resulta que el año pasado Nueva York era la peor”, dijo la británica, vestida de jeans y una sencilla camiseta blanca de manga corta.
“Actualmente en la alta costura de París había sólo una chica negra en todos los actos. No puede ser una tendencia”, afirmó.
La revista Vogue en italiano decidió trabajar principalmente con modelos negras en su edición de julio para llamar la atención sobre el problema.
“Para mí, es algo que hace historia. Algo que voy a guardar para siempre”, dijo Campbell sobre la revista, que tiene una foto suya en una de sus cuatro portadas diferentes.
En la edición figuran también Tyra Banks, Iman y otros modelos, cantantes y actores negros.
Al preguntarle por su experiencia personal frente al racismo, simplemente respondió: “Soy una luchadora”.