■ Inauguran exposición del fotógrafo con motivo de su cumpleaños 85
Soy un hombre público que es artista; nada tengo de secretos: Héctor García
■ La muestra comprende 161 imágenes, entre ellas iconos como El niño en el vientre de concreto
■ Poseo ánimo, corazón, gusto y pienso cómo ha sido mi vida, manifiesta a La Jornada
Ampliar la imagen El maestro Héctor García, en su casa, durante la entrevista con La Jornada Foto: Jesús Villaseca
“Soy un hombre público que es artista”, expresa el fotógrafo Héctor García. “Ésa es mi vida. Nada tengo de secretos. Lo mejor es eso, que las personas sepan de mí. Cuando no le gusto a algún compañero o que alguien habla mal de mí, lo expongo al público. Ese es mi carácter.”
“No le gusta hablar mal de nadie ni aguanta que hablen mal de alguien o de los amigos”, interviene su esposa, la fotógrafa María García. “Digo que eso es vil, que las cosas deben ser al aire”, añade don Héctor.
Entrevistado con motivo de la exposición Héctor García: 85 aniversario, que hoy será inaugurada a las 19 horas en el Centro Cultural Benemérito de las Américas (Jardín Centenario 16, Coyoacán), el homenajeado –cuyo cumpleaños es el 23 de agosto– asegura que tampoco tuvo secretos para su biógrafa Norma Rivera, quien lo entrevistó durante seis años para escribir el libro Pata de perro, cuyo texto ya se terminó.
Un fotógrafo de la calle
De hecho, aparte de tomar fotos, a don Héctor siempre le gustó escribir: “Decía, ya que me voy de camino, lo mejor es que tenga un amigo. Pensaba que mi amigo era un libro”.
Así fue como hace más de una década empezó a escribir la columna mensual Chiles verdes para la revista Gentesur. El título –una “charrada”, asegura– se le ocurrió después de leer la columna Pepperoni, de un argentino.
Cada mes, Héctor García habla de alguna personalidad captada por su cámara, como da cuenta el libro Chiles verdes: Héctor García (UAM-Xochimilco, 2007), compilado y prologado por Dionicio Morales.
Sobre Manuel Álvarez Bravo escribe: “Fuimos, Paulina Lavista y yo, a visitar a nuestro maestro, Álvarez Bravo, el fotógrafo mexicano, único Premio Nacional en este género de las Artes Plásticas que es la fotografía, con motivo de sus 94 años. (Don Héctor fue el segundo fotógrafo en recibir esta distinción en 2003.)
“Fue como un viaje a un país maravilloso. A la puerta de la casita azul acudió don Manuel personalmente. Nos recibió con su característica discreta sonrisa. Nos hizo pasar y elegantemente inhibió cualquier intento de echarle una mano. Se mueve con total autonomía e independencia. La casita azul es un predio ubicado exactamente frente a su casa, allá en una sinuosa callejuela que sube desde Miguel Ángel de Quevedo, en Coyoacán.”
Héctor García: 85 aniversario comprende 161 imágenes, algunas nuevas, sus “iconos”, como El niño en el vientre de concreto, José Clemente Orozco y El pintor Gerardo Murillo, Dr. Atl. También se incluirán dos fotos intervenidas por Alberto Gironella y Gilberto Aceves Navarro, respectivamente.
En lo que concierne a Gironella, una vez en Valle de Bravo don Héctor retrató a una persona que vendía una carpeta bordada, hecha con un pedazo de costal de azúcar, que llamaron La Verónica. Luego, Gironella le puso un Zapata. Aceves Navarro, a su vez, dibujó un muñeco que gatea entre una multitud en el centro de la ciudad, captada por la lente de Héctor García.
–¿Sigue tomando fotos?
–Pues, mira, lo mío ya acabó. La cosa es que soy un fotógrafo de la calle. Entonces, a partir de eso que no puedo andar en la calle, entonces los materiales pueden ser para personas que hayan hablado y quieren conocerme. Tengo ánimo, no he muerto. Tengo corazón, gusto y pienso cómo ha sido mi vida. Vienen los amigos y mi familia. Veo por allá (señalando el jardín) un pajarito y todo me gusta y me causa vida. Allí voy.
María hace notar la cámara en la mesa junto a la silla, donde don Héctor pasa gran parte del día. “Cuando salimos toma fotos, aquí también. Hizo una exposición hace dos años de desnudo. Carlos Martínez Rentería le trajo unas modelos, se llamó Las hijas de Eva. Estuvo en el Bombay y la Casa de la Niña Yhared. No toma fotos como antes, pero lo sigue haciendo”.
Pero, ¿qué le gustaría hacer todavía? Héctor García empieza a hacer unos movimientos enérgicos con las manos: “Hacerle así, así, así, a la calaca. Que no me voy, que no me voy contigo. Todavía no”.