■ Expone de nuevo supuestas ventajas de su plan y gana apoyo del gobernador de Colima
Calderón: la reforma a Pemex, de “sentido común”; busca fortalecer la soberanía, dice
■ Si no se emprenden los cambios ya, “lo lamentaremos todos”, advierte la secretaria Kessel
Manzanillo, Col., 15 de julio. El presidente Felipe Calderón advirtió que por más que se quiera engañar a los mexicanos, su iniciativa de reforma energética es de “sentido común” y busca fortalecer la soberanía nacional.
“Hay quien afirma que la soberanía se afecta con la reforma. Yo digo que es exactamente al revés... ¿Qué es lo que reduce más? ¿Qué es lo que pone en riesgo la soberanía? ¿Una reforma para producir gas mexicano o una falta de reforma que nos hace comprar la quinta parte del gas que consumimos de Estados Unidos?”, dijo ante cientos de trabajadores electricistas.
Al poner en marcha las obras de la terminal de gas natural en este puerto, volvió a defender su propuesta y explicó que busca terminar con la dependencia de México hacia Estados Unidos, al cual puede que un día se le acabe el gas “y ya no nos lo quiera vender”.
La secretaria de Energía, Georgina Kessel, se sumó a esta defensa y apeló a la madurez y responsabilidad de los legisladores para que emprendan pronto los cambios. De lo contrario, señaló, se cometerá un error muy grave que “lamentaremos todos”.
La funcionaria eludió dar su opinión sobre las preguntas de la consulta perredista. Primero argumentó que las iba a leer y después, a su regreso a la capital, se subió rápido a su camioneta.
En defensa de la reforma energética, el Presidente se refirió al proyecto de la regasificadora como una muestra de las bondades de la inversión privada en el sector, y reconoció a los directivos de Ecogas, Mitsui y Samsung por invertir casi 700 millones de dólares en esta obra.
En dos ocasiones señaló que por mucho que se quiera engañar a la gente, a México le conviene más traer gas de Perú, Malasia, Indonesia o Australia que de Texas. Aunque consideró que lo mejor sería que el país lo produjera en territorio nacional, tal como propone su proyecto de reforma energética.
“Estamos promoviendo, manzanillenses, de veras, una reforma de sentido común, una re- forma para fortalecer a Pemex. Se han dicho muchas cosas de la iniciativa, pero realmente no hay una confrontación o no se ha negado una realidad”, expresó el mandatario federal.
En ese aspecto, indicó que hasta ahora nadie ha negado que su propuesta permitiría producir más petróleo, gas natural, gasolina y productos refinados, infraestructura y ductos que, una vez construidos, pasaran, como esta regasificadora, al dominio de la nación.
El gobernador Silverio Cavazos, de extracción priísta, dio su respaldo a la iniciativa energética y criticó a los opositores a la misma, cuando señaló que “no caben las posturas mesiánicas ni las voces estridentes de la demagogia disfrazadas con falsos ropajes de patriotismo”.
En el aeropuerto Playa de Oro, el Presidente fue recibido por el gobernador, apoyado en muletas a causa de una lesión que tuvo en un partido de futbol el viernes pasado. El panista bromeó con esta situación y se declaró listo “para echarnos una cascarita”.
Luego, en la comunidad de Cofradía, entregó a Ana María Pérez González un diploma de la Secretaría de Desarrollo Social como “reconocimiento” por sus 118 años de edad, así como 500 pesos mensuales por ser beneficiaria del programa Setenta y más. Para hacer más cómoda la estancia de anfitriones e invitados, la dependencia colocó cemento en el piso, pero su consistencia era chiclosa.
Una de las hijas de la señora Pérez pidió ayuda para la rehabilitación de un templo, pero con el antecedente de la polémica macrolimosna que debió devolver el gobernador de Jalisco, Emilio González, el Presidente atajó de inmediato: “No puedo yo hacerlo en cosas religiosas”, aunque sí le prometió ver lo de la apertura de una casa de atención a personas mayores.
En otra convivencia con ancianos mayores de cien años, con quienes el mandatario intentó conversar a gritos y despacio, porque apenas lo escuchaban, el señor Enrique Macías interpretó con su armónica la canción Paso del Norte”. Para hacerle segunda, Felipe Calderón le pidió:
“A ver, préstemela don Enrique... A ver qué tal suena”, y tocó unas notas de una melodía, que después fue identificada por la Presidencia de la República como Piano Man, del estadunidense Billy Joel.