■ Está perdiendo la vista; podrían operarlo en hospital de Coahuila
Dan atención médica a anciano de 108 años que dice haber sido chofer de Villa
Saltillo, Coah., 14 de julio. Abandonado por su familia en un asilo para ancianos de Guadalupe, Nuevo León, Juan Carlos Caballero Vega, quien asegura haber sido chofer y confidente del general Francisco Villa, tuvo que trasladarse hasta Coahuila para poder ser atendido de la vista, pues está a punto de quedar ciego.
En Saltillo, médicos del Centro Oftalmológico República de Cuba, que el gobierno del estado opera con respaldo de autoridades de La Habana, Cuba, han valorado la posibilidad de someterlo a una serie de operaciones, pero por lo pronto le proporcionaron de manera gratuita un par de anteojos que le permiten ver con mayor claridad.
Entrevistado fuera de la clínica, el revolucionario, de 108 años de edad, contó que en varias ocasiones las autoridades de Nuevo León le negaron atención, pese a que el gobierno cubano también ha enviado equipo médico a esa entidad para la instalación de centros oftalmológicos que proporcionen ayuda gratuita a personas de escasos recursos.
“Allá no me quisieron ayudar, pero gracias a Dios aquí sí y estoy muy agradecido con las autoridades por la ayuda que me han brindado. Se los voy a agradecer por lo que me resta de vida”, anotó.
Por un amigo, Caballero Vega supo que en Coahuila la Secretaría de Salud opera tres centros oftalmológicos instalados en Saltillo, Torreón y Nueva Rosita, con equipos donados por Fidel Castro Ruz, cuando aún se encontraba al frente del gobierno de la isla.
“Un amigo mío me dijo que aquí estaban operando a gente humilde con problemas de cataratas. Me dijo que no nomás atendían a gente que vive aquí, sino de todas partes, y por eso vinimos”, señaló.
“Yo me estaba quedando ciego y de buena suerte me hicieron favor de traerme a Coahuila, a este hospital, y me voy muy contento porque me atendieron. Me van a dar lentes y en dos meses regreso para que me vean otra vez los médicos y me digan si me pueden operar”, agregó.
Narró que a los 14 años decidió unirse a “la bola” debido a la injusticia. “Había mucha pobreza. Nos tenían a pan y agua y a mí no me gustaba la injusticia, ni me gusta hasta la fecha. Luché para que todos alcanzáramos una vida digna”, dijo Caballero Vega.
Lamentó que casi 100 años después de aquella lucha en México aún haya gobernantes que “martirizan” a las clases populares. “Yo anduve en la Revolución de puro corazón, y volvería a agarrar las armas para que el país cambie de rumbo”, sostuvo.