■ Versos comunicantes III, testimonio que induce la crítica, se presentó ayer
Poetas se entrevistan entre sí y dan un panorama de la escritura actual
Versos comunicantes III, tercer volumen de un proyecto coordinado por José Ángel Leyva, donde los mismos poetas entrevistan a sus colegas, “ofrece un amplio panorama de la actualidad poética, así como un ámbito geográfico en que entre muchas otras lenguas expresan la nuestra y el portugués”, señaló Eduardo Langagne durante su presentación, ayer, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Para el poeta y traductor, las respuestas contenidas en el tomo coeditado por Alforja y la Universidad Autónoma de Nuevo León constituyen “un corpus para el análisis de la escritura actual” en dicho ámbito geográfico. Una de las virtudes de Versos comunicantes III es, entonces, “esta apertura de voces totalmente diferentes; el lector puede conocer a un autor, y a partir de sus respuestas penetrar un poco más en su lectura”.
Langagne se remontó a los años 70, cuyos conflictos históricos en América Latina, los golpes de Estado y consecuentes exilios “expulsaron numerosos poetas del sur y Centroamérica, cuya presencia en México marcó diversos debates estéticos, incluso, políticos”.
Entre los 31 entrevistados se encuentran Rubén Bonifaz Nuño, Carlos Montemayor, Antonio Deltoro, Efraín Bartolomé, Nicanor Parra, David Huerta, Eduardo Milán, Rodolfo Henestrosa, Antonio Cisneros, Máximo Simpson y Claribel Alegría. Dos de los poetas, los peruanos Jorge Eduardo Eielson y José Watanabe, fallecieron mientras se preparaba el libro.
Hacia una crítica consciente
“Concibo este libro de entrevistas como un testimonio múltiple y una invitación a la crítica”, afirmó el especialista en literatura mexicana Evodio Escalante. El arco de poetas mexicanos que aquí se incluyen, “al aportar una panorámica muy representativa del estado actual de la poesía que se escribe, obliga a revisar algunos asuntos pendientes que se requieren ventilar y discutirse con las herramientas de la crítica”.
Los variados asuntos que de “modo sumario” afloran en las entrevistas, “merecen una discusión pública, que a la vez sea atenta, detenida y consciente”. De acuerdo con Escalante, “el asunto mayor, el que acaso tiene verdaderas implicaciones revolucionarias dentro del contexto de la poesía en México lo plantea, a mi modo de ver, Rubén Bonifaz Nuño, cuando pone en duda el valor actual del verso endecasilábico”.
Sobre la entrevista a David Huerta, que se ocupa más que nada del libro Incurable (1987), Escalante, apuntó: “si tuviera razón y se concediera que ésta es una suerte de debacle poética, tendría que señalar que sólo puede fallar de esta manera quien se atreve a arriesgar en grande. En el actual panorama de conformismo mexicano, en que pululan los escritores a medias tintas que han renunciado a su vocación de búsqueda para especializarse en ganar concursos, becas y premios concedidos por el Estado, cómo me gustaría que cada año, o dos, pudiéramos ser testigos de uno de estos fracasos. Sería ésta la mejor prueba que nuestra poesía está viva y goza de cabal salud”.