■ El singlista Loliger, de los más jóvenes
Semifinales, meta de los remeros en JO
■ Huerta y Pérezrul, en el doble par ligero
Sin más aspiraciones que llegar a las semifinales en la justa olímpica de Pekín presentaron ayer al equipo de remo, integrado por el singlista Patrick Loliger y en doble par ligero a la pareja de Gabriela Huerta y Lila Pérezrul.
Huerta, la más experimentada del equipo por el decimosexto lugar obtenido en Atenas 2004, el cual desea mejorar en la justa asiática, sabe que lo puede lograr con Lila, su nueva compañera, quien por primera vez asiste a los juegos veraniegos y sin pena confiesa la emoción y los nervios que el compromiso representa.
La capitalina y la coahuilense no prometen medallas, porque la permanencia en su deporte da para otro ciclo cuatrienal más, el cual esperan cumplir en Londres 2012, cuando tengan 29 y 34 años de edad, respectivamente.
Y es que la edad es un factor determinante para que un remero alcance su mejor forma física, explicó el rubio Loliger, reciente ganador en la regata de Alemania, uno de los pocos participantes en Pekín de menos de 23 años, contra competidores, principalmente europeos, que rebasan los 35 de edad y con dos o tres ciclos olímpicos a cuestas.
Cada uno tiene objetivos claros y son realistas, pues algún día esperan superar lo hecho por los singlistas Joaquín Gómez, séptimo lugar en la final B en Barcelona 92, y el duodécimo sitio de Martha García, en Atenas 2004, ejemplos a seguir en el remo.
A tres semanas de partir hacia la justa asiática, el trío de remeros asegura estar motivado y con el deseo de demostrar lo que ha entrenado en Cuemanco y en diversas pistas del extranjero.
Para la presidenta de la federación, Magdalena Klapp, la ilusión de los seleccionados la impulsa a seguir trabajando más en las categorías que vienen atrás, y por eso le agradan los retos, como la apuesta que ahora le hicieron Gabriela y Lila de perder la cabellera si logran estar en la final, aunque si cumplen con el pronóstico de ser semifinalistas se pintarán la cabeza de rojo y verde, como lo hicieron en los Juegos Panamericanos de Río 2007 con la plata obtenida.