■ Hoy presentará en Casa Lamm su libro Fama, a las 20 horas
En mi ética no vale traicionar a un amigo, sostiene Lucy Orozco
■ Incluye entrevistas, “sin censura ni reflectores”, a Irene Papas, Silvia Pinal, Isela Vega, Ernesto Alonso y Salma Hayek, entre otras luminarias
La periodista Lucy Orozco revalida con su libro de entrevistas Fama (editorial Diana) el arte y oficio de preguntar, sin caer en la infidencia, en la maledicencia, en la violación de la privacidad. Todo tiene un límite, y dice estar en favor de que se castigue penalmente a quien invada lo íntimo y cause tragedias, como la muerte de la princesa Diana. “Salma Hayek me contó muchas cosas de su vida que no diré nunca, porque me las platicó como amiga, no como periodista”, expresó en charla con La Jornada.
Hoy, Orozco presentará Fama ante personajes de la televisión, del teatro y de la radio, de la vida farandulera que ella ha alimentado con las telenovelas que ha producido, como Teresa, que protagonizó Hayek. La cita será a las 20 horas, en Casa Lamm.
El periodismo tiene un límite, agregó: la amistad. No se asume como periodista, pero, con modestia, añadió que “La Jornada me hizo perder el miedo a publicar”, cuando en estas páginas escribió parte de la entrevista que le hizo a Helena Rojo. “No soy periodista, pero ya me la estoy creyendo. También me estoy creyendo que sé escribir. Todavía me da vergüenza decir que soy escritora.”
Los personajes que narran su vida y obra son Ali MacGraw, Irene Papas, Ernesto Alonso, Helena Rojo, Silvia Pinal, Verónica Castro, Ana Belén, Salma Hayek, Julissa, Isela Vega y Lupe Marín. El prólogo es de Elena Poniatowska.
Son diez las entrevistadas y sólo un hombre: Ernesto Alonso. “Eso no fue adrede; se dio así. Tenía entrevistas con gente como Gabriel Figueroa, pero salieron porque el libro ya estaba quedando demasiado grueso. Figueroa fue uno de los primeros entrevistados en mi vida. Ya no cupo; eran muchas páginas.
“Son diez mujeres porque… ¡siempre ganan los hombres!”
–¿El ambiente en el que se desenvuelven sus entrevistadas es agresivo por ser tan bellas?
–Sí, según lo que me cuentan sí. Para qué negarlo. Unas se sienten obligadas a transgredir sus principios, otras no tienen principios y obtienen la fama a como dé lugar. Otras no han pasado por las armas de ningún señor y han llegado adonde han llegado. No sé si serán las menos, pero mis entrevistadas creo que no lo hicieron mediante la cama.
–¿Qué le dice la frase “el precio de la fama”?
–Que la fama cuesta. Irene Papas la define mejor que yo. Le pregunté una vez qué significaba el éxito para ella. Me contestó que ser feliz. La fama sólo te da dinero, pero no te hace feliz. Mis entrevistados tienen eso muy claro. La fama puede ser espantosa.
“He convivido mucho con Isela Vega, y no saben cuánto se lamenta cada vez que tiene que dar una entrevista, porque la han entrevistado más de cinco mil veces y se cansa de repetir su vida. Y para mantenerse en la fama… es mucho el esfuerzo.”
–La fama es una forma de poder.
–Cuando alguien quiere fama quiere algo de poder para varios fines. Los políticos, siempre, para estar con una chava con la que quieren andar. El poder es uno de los demonios, dice Confucio, que hay que vencer en la vida. Fernando Savater dice que en este momento los españoles lo único que quieren es tener un celular, un coche y salir en la televisión. ¡Qué triste que hayamos reducido nuestra vida a eso! La fama da un momentito de gloria, pero no felicidad.
Los sacrificios
“Eso también me lo dijo Silvia Pinal: ‘La vida me dio mucho, pero me lo cobró quitándome a mi hija Viridiana, que se mató a los 19 años’. La fama es efímera y cuesta mucho conservarla. Pienso en la vida de Madonna, en lo que tiene que hacer, a sus 50 años, para estar en los primeros lugares: no ver a sus hijos, hacer cuatro horas de ejercicio al día, andar de un país a otro.”
–¿Sus entrevistados se arrepienten de algo? Usted se guardó información.
–En mi ética se vale, porque la amistad es antes que todo. Nunca voy a revelar un secreto, porque puede destruir vidas. En mi ética no cabe traicionar un amigo. Me guardé en el tintero algunas cosas, pero no tantas como para hacer una entrevista aburrida.
“Ellas me tuvieron la confianza como para contarme cosas de su vida privada.”
–¿Qué opina del periodismo basado en el escándalo?
–Lo detesto. Es tan horrible que mataron a Diana de Gales. Es un abuso eso de meterse en la vida privada de las personas. ¡Es abominable! En lugar de llamar una ambulancia le tomaron fotos. Eso es obsceno. Meterse en la vida privada de la gente para saber con quién se acuesta me parece morboso. Mi libro no trata de quién se acostó con quién. Para conocer a una persona no tienes que saber eso. La gente se acuesta con quien le da la gana. Eso es un periodismo inhumano; antes de arruinar vidas dejaría de ser periodista.
El subtítulo de Fama es Sin censura ni reflectores, 11 luminarias al desnudo. “Tal vez haga más libros, si éste se vende bien. Es mi primera aventura en el mundo editorial, y en México la gente no lee. Me da miedo. Estas entrevistas son semibiográficas; unas duraron horas y otras días. El más difícil fue Ernesto Alonso, quien respondía lacónico, sí o no. Quise ser como Oriana Falacci, pero salí muy cobarde. ¡Eso de que me anden balaceando...!”
Por lo pronto, prepara una nueva telenovela donde abordará el tema del narco.