Ciencia, tecnología y petróleo en el Senado
La primera certeza que surgió de la decimosexta sesión de los foros que se realizan en el Senado de la República es que las iniciativas del Ejecutivo no se transformarán en una reforma energética integral. Al finalizar la primera ronda de intervenciones de los especialistas invitados a la sesión titulada “Tecnología e investigación científica en el campo petrolero” –quienes en su mayoría abordaron el tema de las energías alternas–, el presidente de la Comisión de Energía de la Cámara Alta, Francisco Labastida Ochoa, señaló que este aspecto tan importante no formaría parte de la decisión que tomarán los legisladores al concluir estos debates. Anunció que se trabaja en una iniciativa aparte sobre este tópico, la cual será discutida y aprobada después. Así, quienes tenían la esperanza de ver reflejadas sus propuestas para impulsar la investigación sobre fuentes de energía renovables, tendrán que esperar.
A pesar de esto, la sesión del jueves resultó muy interesante, pues la investigación científica y el desarrollo tecnológico en el campo petrolero son elementos claves para el futuro de Pemex y del país. Surgieron importantes puntos de coincidencia entre los expertos (a pesar de que algunos apoyan la reforma del presidente Felipe Calderón y otros no) y también varios puntos divergentes. Comenzaré por comentar los segundos.
Una pregunta que surgió es si las iniciativas presentadas por el Ejecutivo contienen elementos que garantizan un desarrollo científico y tecnológico propio. En este sentido se afirmó que las propuestas de Calderón Hinojosa no consideran el fomento de la ciencia y la tecnología nacionales, pues no se aborda en ellas el tema y ni siquiera se hace mención del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), como señalaron con toda claridad el doctor Nicolás Domínguez Vergara y el maestro Enrique Aguilar Rodríguez. Los defensores de las propuestas de Calderón Hinojosa tuvieron que hacer circo y maroma para responder a este punto.
Por ejemplo, el doctor Heber Cinco Ley, director del IMP, señaló que al dotar de mayor autonomía a Pemex y de flexibilidad administrativa y operativa se podrían aprovechar las capacidades tecnológicas nacionales. Por su parte, Leopoldo Rodríguez Sánchez, que preside la ADIAT, hizo mención también a aspectos indirectos que no están contenidos en las iniciativas, como la reciente reforma y adición de la Ley Federal de Derechos en Materia de Hidrocarburos que establece que se destinará 0.65 por ciento de las ventas de Pemex a programas ubicados en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para la investigación en energéticos.
Por cierto que esta modificación a la ley de derechos es algo muy importante, pues garantizaría por primera vez en la historia recursos para la investigación ligados a los ingresos petroleros (lo que representaría, considerando el monto de las ventas actuales, unos 6 mil 500 millones de pesos anuales). Pero el encanto se vino abajo cuando casi al final de la sesión, el senador Dante Delgado aclaró que el Ejecutivo y el PAN habían decidido modificar lo aprobado por los legisladores y pospusieron la aplicación de esta reforma hasta el 2012, lo que revela el verdadero interés por la investigación del grupo gobernante.
Otro aspecto de confrontación fue el IMP. Algunos de los expertos consideraron que este instituto, que debería desempeñar un papel clave en el desarrollo tecnológico propio de la industria petrolera, ha sido debilitado deliberadamente y ha sufrido un desmantelamiento. Su actual director, Cinco Ley, no tuvo más remedio que responder, situado ante un dilema en el que no sabe si respaldar la iniciativa de Calderón o defender, como debería, el fortalecimiento y el liderazgo del instituto que dirige, aunque es notorio que ha optado por lo primero.
Pero además de estas confrontaciones, hubo propuestas muy importantes como las de Leopoldo García Colín, quien llamó a identificar nichos de oportunidad como los procesos de catálisis en la petroquímica secundaria que conducen a la obtención de productos con alto valor agregado. Otras propuestas como la creación de redes entre instituciones de educación superior e investigación en el área de los energéticos y en general el apoyo al desarrollo de las capacidades nacionales en ciencia y tecnología, desde la educación hasta la innovación, fueron planteados por José Luis Fernández Zayas e Ignacio Chapela, quien hizo una caracterización de la cadena de valor del conocimiento científico, y Rosaura Ruiz, quien expresó de forma clara la postura de la Academia Mexicana de Ciencias.
Aunque todavía falta conocer las propuestas que la Universidad Nacional Autónoma de México enviará al Senado, creo que la inclusión de esta temática en los debates, las contribuciones de los expertos y la actitud receptiva y propositiva de los legisladores abren la posibilidad de incorporar un sólido componente científico-técnico al funcionamiento de Pemex.