■ El canciller boliviano reitera las acusaciones de intervención contra la sede diplomática
Evo Morales se reúne con el embajador de EU; intentan recomponer la relación
La Paz, 7 de julio. El gobierno del presidente boliviano, Evo Morales, reiteró hoy sus acusaciones contra la embajada de Estados Unidos de intervenir en el país, tras un encuentro que celebraron el mandatario y el embajador estadunidense, Philip Goldberg, en un intento por recomponer las relaciones entre ambos países sumergidas en un fuerte roce bilateral.
“Tenemos informaciones (sobre la intromisión) y en una posterior reunión vamos a seguir abordando estos temas”, declaró el canciller boliviano David Choquehuanca, presente en la reunión, al recordar la denuncia de un becario estadunidense que indicó que un funcionario de dicha legación le pidió realizar labores de espionaje a cubanos y venezolanos que participan en programas de alfabetización en el país.
Choquehuanca indicó además que durante la reunión se abordaron “temas importantes como construir relaciones positivas con Estados Unidos, donde se contempla el diálogo político y generar un ambiente de confianza y cooperación”. El presidente boliviano no hizo ninguna declaración.
A su vez, Goldberg, en conferencia de prensa, se dijo “optimista” en que se podrán sanar las relaciones bilaterales y parte de ello es “evitar nuevos problemas, nuevas acusaciones infundadas que no tienen lugar en una relación de respeto y franqueza”.
Además, el diplomático estadunidense expresó su preocupación por que el personal de Usaid haya salido “por amenazas” de la región de El Chapare, donde realizaba tareas de cooperación “clave” en el combate al narcotráfico y en tareas de desarrollo alternativo.
El pasado 26 de junio el propio Morales validó la decisión de los productores de coca de expulsar de la región cocalera del Chapare a la agencia de cooperación estadunidense Usaid, a la que acusaron de fomentar actos de conspiración contra el gobierno constitucional.
El encuentro de este lunes ocurrió después que Goldberg retomó sus funciones en La Paz, la semana pasada, tras ser llamado a consultas por el Departamento de Estado que manifestó su alarma por el incidente ocurrido el pasado junio, cuando miles de personas asediaron su sede diplomática en protesta por la protección estadunidense al ex ministro de Defensa, Carlos Sánchez Berzaín, acusado de haber ordenado la respuesta militar para detener los disturbios que provocaron la muerte de 63 personas en octubre de 2003.