No hubo hambre para los líderes
Los líderes mundiales no son renombrados por sus selecciones de vino modesto o por su reticencia a los quesos. Cuidando las formas, en la cumbre del G-8, que se celebra en Japón, discutir la crisis mundial de los alimentos, la espiral de aumentos de precios en los países desarrollados, así como el hambre en África, fue suficiente labor como para dejarles retumbando los estómagos.
La escasez de alimentos no fue evidente en una comida de ocho tiempos a la que asistieron los jefes de Estado y de gobierno del grupo y sus esposas, cortesía del gobierno japonés. Conforme fluía la champaña, las parejas disfrutaron de 18 ingredientes de la más alta calidad, que comenzó con un amuse-bouche (bocado de degustación) de grano relleno de caviar, salmón ahumado, tártara de cebolla y bulbos de lirios de invierno.