■ En 1999 se los vendió con la promesa de edificar casas; hoy son nido de vándalos, dicen los afectados
Cooperativa defrauda con lotes a habitantes de Nicolás Romero
■ Compradores han construido, pero no tienen servicios básicos pues el fraccionamiento del Edomex no ha sido entregado oficialmente; hermetismo de la inmobiliaria, pese a enfrentar 80 juicios civiles
Ampliar la imagen Aspecto de algunas casas abandonadas en lo que se proyectó como el fraccionamiento Hacienda de Santo Tomás, en Nicolás Romero, estado de México. Pocas personas viven en la comunidad, que carece de servicios básicos, y donde privan el vandalismo y la inseguridad Foto: Mario Antonio Nuñez López
Nicolás Romero, Méx., 5 de julio. En nueve años, el fraccionamiento Hacienda de Santo Tomás se transformó de un proyecto de construcción de mil 239 viviendas a una cordillera de lotes y casas desocupadas, que son centro de saqueos de la delincuencia y del olvido de los gobiernos municipal y del estado de México que en su momento dieron el aval.
Al menos 50 vecinos se han aventurado a ocupar sus casas o construir en sus lotes para no perder la inversión pero viven en la zozobra debido a los vándalos, que en los meses recientes quemaron una vivienda y tiraron el cadáver de un hombre en la zona, además de robarse kilómetros de cables, lámparas y cuchillas de los transformadores.
Julio César Bencer, Imelda Morales, Guadalupe Vaca Velásquez y Gabriela Vaca Ramírez, integrantes de la Asociación de Colonos del Fraccionamiento Santo Tomas, explicaron que en 1999 la supuesta Cooperativa de Vivienda y Consumo Nuestro Hogar (CVCNH) prometió edificar el desarrollo en un predio de 251 mil 320 metros cuadrados, pero “la inmobiliaria nos defraudó”, dijo Imelda Morales.
Fue al inicio del gobierno deArturo Montiel Rojas y del entonces alcalde panista Domingo de Guzmán Vilchis que la construcción fue autorizada por dependencias de ambos niveles de gobierno, según se documenta en la Gaceta de Gobierno del 21 de septiembre de 1999.
El gobierno estatal autorizó el proyecto con base en la escritura pública de propiedad 28 mil 721 del 4 de febrero de 1999. Las secretarías de Desarrollo Urbano y Obras Públicas y la de Comunicaciones y Transportes avalaron la edificación del fraccionamiento.
Dijeron que en el decreto oficial, el representante legal de la empresa CVCNH, Miguel Ángel Rubín Suárez, fue el receptor del visto bueno del proyecto habitacional. Pero aun cuando la gaceta refiere que la cooperativa “desarrollaría viviendas”, ese mismo año Rubín Suárez comenzó a ofrecer los lotes baldíos, acusaron los colonos.
Rubín Suárez, aseguran, trabaja actualmente para el gobernador Enrique Peña Nieto como presidente del Consejo de Integración Ciudadana par el Desarrollo Social en Naucalpan, organismo que opera como gestor y administrador de programas sociales.
Los compradores tenían la opción de construir sus viviendas o pagar por las edificaciones, ya sea de casas dúplex o solas. Después de nueve años ni una opción ha sido cumplida. Algunos optaron por la autoconstrucción, por temor a perder su inversión.
Vaca Velásquez pagó a la inmobiliaria su predio y la construcción de su vivienda en los lotes 16 A y B de la manzana 6. Ahora nadie se hace responsable de la entrega de los bienes, dice luego de exhibir un listado de las personas afectadas.
En enero de 2001 Jorge Godínez terminó de pagar 220 mil pesos por dos lotes de 162 metros cuadrados. En medio de casas abandonadas y predios baldíos su familia se atrinchera por las noches porque no hay ningún servicio y menos de seguridad.
“Colocamos un cerco electrificado”, asegura Gabriela Vaca Ramírez, quien reconoce que su casa, al igual que las demás, están colgadas del alumbrado público de comunidades vecinas de Lomas del Lago, Montemaría, Boulevares y la 217. Los vecinos contrataron un vigilante, aunque la falta de una barda perimetral permite que se pueda acceder a pie a la unidad desde varios puntos.
“Comunidad fantasma”
Martín Díaz Pérez, esposo de Gabriela, señala que en 2004 terminó de pagar 107 mil pesos por la compra de un predio de 81 metros cuadrados. Actualmente la pareja habita “una comunidad fantasma por el abandono que padece la zona”, dice.
El silencio reina en los alrededores de cientos de casas que la inmobiliaria se niega a entregar a sus dueños, afirman los afectados. El pasto y la maleza han cubierto parte de éstas. Los herrajes de puertas y ventanas están oxidados.
“¡Nos la pintaron bien bonita!”, comentan los defraudados mientras exhiben las casas que la fraccionadora no terminó de construir. Otras en su momento fueron terminadas, pero han sido objeto de saqueos. “¡Hasta los sanitarios se han llevado!”, aseguran.
Los colonos narran que tuvieron que cerrar una vereda que daba a la colonia Lomas del Lago debido a que los vándalos entraban por ahí con camiones y autos y hurtaban los tanques que habían en las azoteas, así como tabique, grava, arena y hasta la herrería y tubería de cobre.
El trazo de calles pavimentadas, con guarniciones y postes que la compañía de Luz y Fuerza del Centro instaló dan una idea de un proyecto planeado con espacios definidos para casas, escuelas, jardines, áreas de recreo, comercios y estacionamientos que nunca se realizaron.
Las lluvias se han llevado parte del pavimento y algunas casas ubicadas en la parte baja del predio serrano tienen fisuras, pues sus muros y cimientos se han reblandecido. Todo quedó inconcluso.
Un vecino muestra las páginas 6 y 7 de la Gaceta de Gobierno. Confirma que el área contaría con jardín de niños, una escuela primaria, zona comercial, unidad médica, además de un parque, espacio deportivo y juegos infantiles.
Red de alumbrado público con plantas tratadoras de agua, banquetas, pavimentación de un circuito vial interno y vialidades anexas, eran parte de los beneficios; alcantarillado, drenaje y agua potable y señalamiento vial formaban parte del proyecto.
Como no han recibido legalmente el fraccionamiento, la alcaldía de Nicolás Romero no puede dar servicio alguno y tampoco liberar claves catastrales para iniciar el cobro de impuestos; para ellos Hacienda de Santo Tomás “no existe (pues) nunca fue entregada al municipio”, argumentan.
Aún más, algunas casas en obra negra tienen sellos de suspensión de la alcaldía, pues lasviviendas no cuentan con las licencias de construcción.
Al menos 80 vecinos iniciaron juicios civiles contra la desarrolladora que se niega a atenderlos. Jorge Godines Santa Ana ganó a la inmobiliaria el juicio 123/06, que obliga a Cooperativa de Vivienda y Consumo Nuestro Hogar a la entrega de escritura y posesión de la casa que ya habita, pero la sentencia no ha sido cumplida.