■ Analistas hacen balance de 26 años de venta de bienes nacionales
Piden evitar la privatización de recursos energéticos en México
Ampliar la imagen Francisco Carrillo Soberón, Jorge Mansilla, embajador de Bolivia; José Manuel Orozco, Celeste Sáenz de Miera, Gloria Tobón, Miguel García Reyes y Carlos Fernández Vega en el foro Balance sobre privatizaciones en América Latina Foto: José Antonio López
México ha sido uno de los grandes laboratorios latinoamericanos sometidos a la política privatizadora de Estados Unidos y de los grandes monopolios, donde diversos gobiernos apoyan a una junta de negocios y no a un servicio público.
En la región han surgido “pequeñas mafias políticas con grandes alcances, que se asientan en el poder y hacen de sus naciones su gran negocio”, coincidieron especialistas y analistas del país.
Durante un foro de balance sobre los 26 años de política privatizadora –en el que participó el embajador de Bolivia en México, Jorge Mansilla–, el ex diputado federal Francisco Carrillo llamó a la población a no permitir la privatización de los recursos energéticos ni los servicios públicos del país, para evitar así la pérdida de los bienes nacionales.
Consideró que con la realización de la consulta ciudadana sobre Pemex, el próximo día 27, “empezaremos a revertir estos 26 años de desgracia” en que hemos vivido desde que llegó a la presidencia Miguel de la Madrid Hurtado y que han continuado las administraciones panistas en favor de unos cuantos, y que Felipe Calderón quiere prolongar con su pretendida reforma energética.
“No podemos tolerar que se pretenda beneficiar económicamente a unos cuantos. En el continente naciones como Bolivia, Venezuela, Uruguay y Brasil ya nos dieron muestra de lo que nos puede esperar si permitimos que se privaticen los energéticos. México también tiene que seguir la tradición combativa de los pueblos latinoamericanos”, señaló.
Al detallar su experiencia, el diplomático boliviano expuso a su vez que la oligarquía, apoyada por el imperialismo, se ha erigido en oposición armada contra el presidente Evo Morales, quien busca “evitar la ola privatizadora e intenta seguir recuperando la patria, la tierra y el territorio.
“En su afán de evitar que entre en funciones la nueva Constitución, redactada por los sectores democráticos, los latifundistas inventan autonomías municipales con estatutos piratas y tienen fuerzas paramilitares bien armadas y mejor pagadas, por la propia embajada de Estados Unidos.
“En el extremo de sus desesperanzas y derrotas nos están amenazando con su separatismo. Todos sabemos que la pugna es por el gas, entre otras causas. Y que por poseer esa riqueza, nos van a empujar a la guerra civil. Cuando no puedan, nos van a invadir. No en vano, Evo ha denunciado y pedido a los peruanos que no permitan la instalación de bases militares en Ayacucho, tan cerca de Bolivia, y el señor Alan García se enoja, y la ciudadanía y los trabajadores (de ese país) se enojan y apoyan a Evo”, denunció el embajador.
Luego de narrar parte de los 183 años que han vivido segregados los indígenas, que son el 62 por ciento de la población, expuso que actualmente en este sector “ya no quieren caminar solos… Atrás de la República, a un costado de la democracia, lejos de la vida. Por eso siguen a Evo, porque ya vieron una puntita de la luz del día y quieren saber qué hay detrás de este primer sol de la democracia, ahora que amanece”, señaló.
En su intervención, el analista de La Jornada Carlos Fernández Vega indicó que 26 años de neoliberalismo en México significan una generación completa de mexicanos “que han tratado de sobrevivir en medio de una política privatizadora totalmente depredadora, concentradora de la riqueza y que ha convertido a muchos mexicanos en carne de cañón para las grandes fortunas de cada día menos personajes de la política nacional”.