■ Treinta años de que Videla manipuló triunfo en mundial para negar violación a derechos
Hoy, partido de futbol en desagravio a víctimas de la dictadura en Argentina
■ Festival, marcha y mesas de análisis en medios de información, otras actividades
Buenos Aires, 28 de junio. Ex campeones de futbol jugarán este domingo aquí un partido en “desagravio” a las víctimas de la pasada dictadura militar (1976-1983), al cumplirse 30 años de que Argentina obtuvo el campeonato mundial de ese deporte en 1978, cuando gobernaba el ex dictador Jorge Rafael Videla, quien utilizó ese triunfo popular para negar que los militares violaban los derechos humanos en todo el país.
Este será “el partido por la vida y los derechos humanos” que decidió realizar el Instituto Espacio para la Memoria, de Buenos Aires, en el que convergen la mayoría de los organismos de derechos humanos y algunas personalidades destacadas en esta lucha.
La actividad, que continuará con un festival al que artistas locales y de países vecinos aportarán solidariamente su actuación, se desarrollará en el estadio del equipo River Plate.
Fue precisamente en ese lugar donde se jugó la final entre Argentina y Holanda el 25 de junio de 1978, y sólo a unas cuadras de allí funcionaba como enorme centro clandestino de detención la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), donde desaparecieron unas 5 mil personas, ahora transformada en Espacio, Museo, Archivo para la Memoria.
Entre los que participarán se encuentran conocidos jugadores, como Héctor Baley, Luis Galván, Jorge Olguín, Alberto Tarantini, Miguel Oviedo, Omar Larrosa, Daniel Valencia, Ricardo Villa, Óscar Ortiz, René Houseman y Leopoldo Luque.
El estatal Canal 7 y Radio Nacional, además de transmitir esas actividades, analizarán el papel de los medios de comunicación, lo que configuró una etapa oscura para buena parte de periodistas y comunicadores que se prestaron a la farsa de los militares de entonces.
Existen fotografías en las que se ve al ex presidente y dictador de Bolivia Hugo Bánzer, ya fallecido, cuando presenciaba el partido con la junta militar de entonces, y también a Henry Kissinger, de Estados Unidos, hombre clave para todo lo realizado por las dictaduras del Cono Sur.
El acto comenzará con una marcha encabezada por organismos de derechos humanos, que llevarán una inmensa bandera con las fotos de los desaparecidos, y partirá de la Esma. Al llegar al Estadio de River recorrerán el campo de juego con la bandera, en homenaje a las víctimas y en memoria de los 30 mil desaparecidos.
El gesto de los organismos generó solidaridad de algunos medios, que transmitirán durante unas cuatro horas este excepcional partido simbólico y todo lo que se realice en el estadio de River sin percibir ganancias por publicidad, como símbolo especial. Periodistas importantes participarán en los comentarios; habrá muestra de archivos y distintas investigaciones para dar a conocer cuál fue el papel cómplice de muchos medios de comunicación.
Cientos de estudiantes de algunas escuelas de periodismo y radio y televisión locales también colaboraron para reunir todo el material que será visto y escuchado mañana, como expresión de solidaridad. Por su parte, la Asociación Mundial de Radios Comunitarias efectuará una larga transmisión a través de sus afiliadas, que reúne a pequeñas emisoras de baja potencia, para multiplicar el esfuerzo.
También el llamado “partido por la vida y los derechos humanos” será difundido de manera simultánea en varios países de América Latina y Europa, entre ellos Holanda y Francia.
El Instituto Espacio para la Memoria está integrado por Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora, Asamblea Permanente por los derechos Humanos, Liga Argentina por los Derechos del Hombre, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Servicio de Paz y Justicia y otros organismos y personas.
En el partido, al que se adhirió Diego Maradona, jugarán ex campeones mundiales del 78, familiares de los desaparecidos y miembros del seleccionado Sub-20.
Ana María Careaga, directora del IEM, sobreviviente e hija de Esther Ballestrini de Careaga, una de las tres madres de Plaza de Mayo secuestradas y desaparecidas a finales de 1977, dijo que éste será un acto de la memoria, para que muchos jóvenes sepan lo que sucedió, para reflexionar sobre la necesidad de que el “nunca más” sea realidad en Argentina y en todo el mundo.