■ En 3 estaciones del instituto no detectaron padecimiento de detenida
Negligencia médica en el INM provoca muerte de migrante
■ Emite la CNDH recomendación para sancionar a los responsables
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación a la titular del Instituto Nacional de Migración (INM), Cecilia Romero Castillo, debido a que personal médico de esa dependencia vulneró las garantías fundamentales de protección, a la vida de una migrante ecuatoriana, quien vio dañada su salud tras la falta de un diagnóstico adecuado en las estaciones donde estuvo asegurada.
La mujer presentaba un cuadro agravado de hipertiroidismo, lo cual pudo ser una de las causas de su muerte.
En el documento, el ombudsman nacional, José Luis Soberanes Fernández, señala que tras el análisis de las evidencias se concluye que aunque “a simple vista” era evidente el padecimiento de la agraviada, personal de las estaciones migratorias de Tuxtla Gutiérrez y Tapachula, Chiapas; así como de Iztapalapa, en el Distrito Federal, “no diagnosticaron adecuadamente ni con oportunidad a la señora” y sólo recomendaron analgésicos, incurriendo en “negligencia e impericia en el manejo de la patología”.
La ecuatoriana María Alicia Yupa Llayco fue detenida por personal del INM el 20 de octubre de 2007 en la capital chiapaneca, cuando era transportada, junto a 25 migrantes más, oculta en el doble fondo de un camión, informa la CNDH.
En la estación migratoria de esa ciudad, la doctora Gladis Georgina García Herrera realizó una revisión médica en la que asentó que la sudamericana no presentaba huellas de lesiones externas recientes.
Un día después de que la migrante fue trasladada a Tapachula, el médico adscrito a esa dependencia asentó que la mujer se encontraba “aparentemente sana” y en condiciones de viajar, por lo que se le condujo a la estación de Iztapalapa, en la ciudad de México, a donde llegó el 24 de octubre del año pasado.
Soberanes Fernández subraya que debido a su precario estado de salud, Yupa Llayco acudió en tres ocasiones al servicio médico de la estación migratoria del DF, y fue hasta la tercera auscultación cuando se le diagnosticó cardiopatía con hipertiroidismo y se recomendó su envío “urgente” al hospital.
El 28 de octubre de 2007 ingresó al hospital donde, ante la gravedad de su padecimiento, murió horas más tarde “por presentar tormenta tiroidea y choque cardiogénico”.
Las evidencias
Luego de analizar las evidencias –señala el documento— los investigadores de la CNDH econtraron que los médicos de las tres estaciones migratorias “no sospecharon el padecimiento médico de base, a pesar de que a simple vista mostraba la presencia de exoftalmos (ojos saltones) –que se apreciaban inclusive en la fotografía incluida en el expediente migratorio– lo cual evidenciaba la existencia del padecimiento por el que falleció. Éste no fue diagnosticado por los médicos que la valoraron y la demora en el diagnóstico coadyuvó a todas sus complicaciones”.
El ombudsman destaca que estos doctores desatendieron las obligaciones contenidas en la norma oficial mexicana (NOM) del expediente clínico, obligatorias para los prestadores de servicios de salud pública, social y privada, al no diagnosticar de manera adecuada. Y remarca que cuando el Estado priva de su libertad a una persona “se coloca en una especial posición de garante de su vida e integridad física”, lo que no se cumplió.
Por ello, Soberanes recomienda una investigación de los hechos para sancionar a los responsables de ese mal diagnóstico; certificar y dar atención médica de buena calidad a las persona aseguradas en estaciones migratorias, y dar vigencia plena a la NOM del expediente clínico.