■ El lienzo de gran formato ha sido admirado durante décadas en el Museo del Prado
Refutan autoría de Goya de El coloso; podría ser del pintor Asensio Juliá
■ Los responsables de la pinacoteca madrileña dan un informe exhaustivo sobre ese cuadro
Ampliar la imagen El coloso, obra atribuida a Francisco de Goya y Lucientes, recrea la devastación de la guerra
Madrid, 25 de junio. El coloso es un óleo sobre lienzo, de 116 por 105 centímetros, que se ha expuesto desde 1930 en el Museo del Prado en el selecto bloque de “Las pinturas negras” de Francisco de Goya y Lucientes, uno de los artistas más influyentes en la historia del arte.
Pero un informe elaborado por especialistas en la obra de Goya y de la pintura del siglo XIX arroja en conclusión que la autoría de Goya en esta obra es al menos dudosa, con lo que parece resolverse de manera definitiva una de las polémicas más silenciosas e intensas en torno a la figura del genial pintor.
Mientras crecía la polémica y junto con ella la certeza de que Goya no sería el autor de El coloso, este cuadro fue relegado por la pinacoteca, que decidió no incluirlo en la majestuosa exposición sobre Goya y la guerra de Independencia, a pesar de que hasta ahora se había dicho que esa obra se recreaba precisamente en los efectos devastadores de aquel conflicto.
Restauradora defiende al pintor
El cuadro, fechado en 1812, fue donado al Museo del Prado por Pedro Fernández Durán, el 2 de septiembre de 1930. Al parecer, éste fue el tercer dueño de la obra, ya que la habría comprado al hijo de Goya, Javier, quien a su vez la había heredado de su madre. El documento con el que se acreditó el legado, y con éste la supuesta autoría de Goya, data del 31 de marzo de 1931, realizado por el propio Patronato del Museo del Prado.
El coloso muestra una multitud que huye aterrorizada, al mismo tiempo que un ganado, confuso, lo hace en dirección opuesta en un valle que recorre la composición en diagonal. Tras el horizonte, que forman un monte y una arboleda, se vislumbra una figura gigantesca con el puño y ojo cerrados, circundada de nubes e iluminada por los últimos rayos rojizos del atardecer.
Margarita Moreno de las Heras, quien durante años fue la conservadora y restauradora de Goya en el Museo del Prado, defendió la autoría del pintor aragonés. Inclusive llegó a afirmar: “Los empastes, las pinceladas desleídas y las tonalidades oscuras, unidos a la dramática interpretación de la luz en esta pintura, son un avance del desarrollo estilístico que posteriormente aparecería en la obra de Goya”.
Los responsables de la pinacoteca madrileña informaron que este jueves darán a conocer un informe exhaustivo para explicar “acerca del estado de la cuestión en el estudio de El Coloso y explicar por qué la tradicional atribución a Goya de esta obra ya es ampliamente rebatida por los especialistas del museo”.
A la espera de que se confirmen los detalles del informe, lo que parece claro es que los expertos coinciden en que El coloso no es obra de Goya y, más aún, se sospecha que en realidad su autor es Asensio Juliá, quien fue colaborador del genio aragonés en la ermita de San Antonio de la Florida.
Según los historiadores, el primer contacto entre los dos pintores tuvo lugar en Valencia, en 1790, donde Goya se había desplazado por motivos de salud de su esposa.