■ Habitantes de un poblado los privan de su libertad un día y les cobran cuota de $10 mil
Propinan golpiza a dos personas en Hidalgo por violar toque de queda
■ Son usos y costumbres de la comunidad para evitar delincuencia, justifica secretario municipal
■ Casarse con fuereños o venderles terrenos, entre las conductas penadas por las tradiciones
Chilcuautla, Hgo., 24 de junio. Eleno Aranza Chávez y Mariano Martínez Cortés fueron detenidos y golpeados por vecinos de las comunidades El Bethi, El Dadhó y La Loma por violar el “toque de queda” en el poblado Boxaxni, que impide a cualquier persona entrar o salir después de las seis de la tarde. Un día después fueron liberados, previo pago de una “cuota” de 10 mil pesos.
El secretario de gobierno municipal, Gustavo García López, ofreció su versión de los hechos. Aseguró que en Boxaxni “no hay un toque de queda como tal, sino que la gente está alerta para inhibir la entrada de delincuentes o de cualquier persona que intente faltarles al respeto”.
Indicó que a la medianoche del viernes 20, Eleno y Mariano, en aparente estado de ebriedad, arribaron “de manera escandalosa” a Boxaxni a bordo de una camioneta de pasajeros de la organización priísta Antorcha Campesina, con intención de visitar a una joven para entregarle una despensa, pañales y leche, pues Martínez Cortés procreó con ella un hijo pero se niega a hacerse cargo de él de manera formal.
Agregó que un hermano de la muchacha los enfrentó y de las palabras pasaron a los golpes.
Según Gustavo García, varios indígenas salieron en defensa de su vecino. Los fuereños huyeron, pero no tuvieron oportunidad de abordar su camioneta y fueron sometidos por habitantes de las comunidades aledañas de El Bethi, El Dadhó y La Loma.
Agregó que autoridades municipales de Chilcuautla acudieron en rescate de los agredidos y se los llevaron para que recibieran atención médica.
García López insistió en que los habitantes de Boxaxni no atacan a quienes visitan su comunidad después de las seis de la tarde, sino que, como parte de sus usos y costumbres, vigilan su terruño celosamente, pues en los últimos seis meses han sufrido robos en la escuela primaria y en viviendas. “Están bien ciscados. Hay que entenderlos”, justificó.
Roberto Pedraza Martínez, diputado plurinominal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y líder moral del Consejo Supremo Ñañú, que domina políticamente la región del Valle del Mezquital, que incluye al municipio de Chilcuautla, repudió el incidente y, aunque reconoció que los usos y costumbres son “algo muy arraigado” en comunidades ñañús, no pueden estar por encima de la ley.
Vacío jurídico
Poco se puede hacer por la vía legal, pues en las comunidades de la zona, sobre todo en 127 del municipio de Ixmiquilpan, colindante con Chilcuautla, los usos y costumbres son parte del modo de vida y en algunas localidades se aplican sanciones a quienes no respetan los acuerdos tomados en asamblea.
Por ejemplo, en la comunidad El Tablón o El Alberto se encarcela a quien entre después de las nueve de la noche, venda un lote terreno a fuereños, no se case con alguien del lugar, camine ebrio por las calles o conduzca en el mismo estado a velocidad excesiva. Las autoridades comunitarias aplican una sanción al infractor, que en la mayoría de los casos se paga con dinero.